El presidente de Portugal promulga la ley de la eutanasia tras casi seis años de proceso

Imagen referencial de la eutanasia. / Pexels.
Imagen referencial de la eutanasia. / Pexels.

Durante este tiempo, la ley había sufrido dos vetos políticos y dos vetos del Tribunal Constitucional.

El presidente de Portugal promulga la ley de la eutanasia tras casi seis años de proceso

El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, promulgó a última hora del martes el decreto sobre suicidio asistido y eutanasia tras casi seis años de proceso, dos vetos políticos y dos vetos del Tribunal Constitucional.

“El presidente de la República promulgó el Decreto n.° 43/XV, de la Asamblea de la República, tal como está obligado en los términos del artículo 136°, n.° 2 de la Constitución”, informó Presidencia de la República lusa en un escueto comunicado.

La Constitución establece que si el presidente de la República devuelve una ley al Parlamento y este la confirma con una mayoría de votos, es obligatoria su promulgación por parte del mandatario en un plazo máximo de ocho días. Y esto es lo que ha ocurrido. El Parlamento votó por cuarta vez y aprobó la norma con 129 votos a favor, 81 en contra y una abstención. El Partido Socialista, que gobierna con mayoría absoluta, fue apoyado por el Bloque de Izquierda, los animalistas, Livre e Iniciativa Liberal, el único partido de centroderecha que se sumó a la iniciativa.

Ahora bien, esto no quiere decir que la norma entrará en vigor de manera inmediata. Antes es necesario que se desarrolle su reglamento, que tendrá que ser elaborado y aprobado por el Gobierno en un plazo máximo de 90 días, aunque el Ejecutivo ha superado con otras normas este límite legal a menudo. Además, el reglamento tendrá que ser valorado por el presidente de la República, que podrá frenarlo con un veto directo o con su envío al Tribunal Constitucional.

Muerte “por decisión propia”

El texto define la muerte médicamente asistida como la que “ocurre por decisión propia”, aplicable en mayores de edad que demuestren un “sufrimiento de gran intensidad, con lesión definitiva de gravedad extrema o enfermedad grave e incurable” y cuando es “practicada o ayudada por un profesional de la salud”.

Da prioridad al suicidio asistido y podrá aplicarse en casos de enfermos incapaces físicamente de hacerlo por sí mismos. Sin embargo, dicho proceso está limitado a ciudadanos portugueses o con residencia en el país.

La decisión final se somete al parecer de la comisión de verificación y evaluación de los procedimientos clínicos de la muerte médicamente asistida, que está integrada por un magistrado, un fiscal, un médico, un enfermero y un especialista en bioética.

Por su parte, el Papa Francisco, que visitará Portugal en Agosto para participar en las Jornadas Mundiales de la Juventud, criticó la aprobación de la norma. “Estoy muy triste porque en el país donde apareció Nuestra Señora se ha aprobado una ley para matar”, declaró el Pontífice al día siguiente de la votación en la Asamblea. No obstante, un reciente sondeo encargado por medios locales, indica que el 61% de los portugueses está a favor de despenalizar la eutanasia. @mundiario

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