¿Es posible que el mal de Alzheimer afecte a una nación?
Es habitual que archivos públicos y privados estén ubicados en sótanos mal iluminados y hasta incómodos debido al poco valor que suele darse a su contenido. Sin embargo, el conjunto de todos ellos, constituye la memoria de España.
En los últimos años he accedido con frecuencia a archivos públicos y privados, y puedo afirmar que son instituciones desconocidas, yo diría que casi olvidadas; algunas, incluso, tienen un carácter marginal para los organismos de los que dependen. Naturalmente, sería estúpido e injusto generalizar.
Es habitual que estén ubicados en sótanos mal iluminados y hasta incómodos; es usual la escasez de medios materiales y personales, debido al poco valor que suele darse a su contenido. Sin embargo, el conjunto de todos ellos, constituye la memoria de España, equivalente a las partes de nuestro cerebro que codifican, almacenan y recuperan nuestras vivencias cuando lo consideramos necesario.
Los archivos contienen el pasado de un país, persona o institución, que podemos rescatar en cualquier momento para compararlo con episodios actuales, enriquecernos con la experiencia de nuestros antecesores, no incurrir en errores, desmontar falsas interpretaciones y formar a los más jóvenes.
No darles la importancia que merecen o, lo que es peor, despreciar su contenido, nos conduce inexorablemente a la pérdida o deformación de las vivencias, a no saber quiénes somos ni de dónde venimos. Algo parecido a un mal de Alzheimer nacional, que nos impide reconocernos y ser extraños para nosotros mismos; ante el desconcierto, otra posibilidad sería inventarnos una personalidad, un pasado, hecho difícil de calificar.
El Centro Documental de la Memoria Histórica nació para mantener vivo el recuerdo del pasado; hoy, curiosamente, sus recursos materiales y personales no están a la altura de las pretensiones iniciales. Por ejemplo, la documentación generada por el Comité Internacional de la Cruz Roja durante la guerra civil, digitalizada y perfectamente catalogada desde el año 2008 en virtud del convenio suscrito entre el Ministerio de Cultura de España y el CICR, no puede consultarse a través de internet e incumple el objetivo de divulgación pretendido y la intención con la que se creó el Centro Documental.
Tristemente el “alzheimer” nacional empezó hace algún tiempo, pero hay remedio, es cuestión de voluntad, recursos y tiempo. Alguna vez hay que empezar.