El Pórtico de la Gloria se podrá ver pronto, restaurado y pintado

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Pórtico de la Gloria. / J.R.Baliñas

Al fondo de la nave central, Catedral Compostelana, está el Pórtico de la Gloria encargado al maestro Mateo por el rey Fernando II. Se está restaurando aplicando las pinturas originales.

El Pórtico de la Gloria se podrá ver pronto, restaurado y pintado

El maestro Mateo lo construyó entre 1168 y 1188 como parte de la fachada oeste de la catedral, la del Obradoiro. El Pórtico de la Gloria formaba parte de la fachada exterior, (hasta el siglo XVI época de Fonseca en que se cierra para evitar su deterioro) construyendo una fachada por delan­te.

Es un amplio tríptico de piedra, una genial representación que en sus tres partes expone distintos episodios de la Biblia. Son diversas las interpretaciones que se han dado a lo que ha representado el maestro Mateo, época en que "Los sermones en piedra" era la forma más común de explicar la religión al pueblo.

Primera impresión:

El Pórtico de la Gloria hay que verlo por partes, lo componen 135 estatuas de granito policroma­do cada una de las cuales representa algo, mirando al frente en la columna del centro está Santiago Apóstol, con apacible semblante, pelo largo y barba, muy cuidado. Más arriba Cristo resucitado como figura principal destaca de todas las demás por su tamaño, está rodeado de los evangelistas, ángeles y los 24 ancianos del apocalipsis "In concert", con sus instrumentos. Cristo Glorificado y su enviado Santiago reciben a los peregrinos. En los arcos a la izquierda de Cristo, los condenados en el Juicio Final, a su derecha el Pueblo de Dios.

Cada arco coincide con cada nave de la Catedral. En la gruesa columna de la derecha están los apóstoles  y en la de la izquierda los profetas.

Es una obra de arte, el monumento más importante del arte cristiano del siglo XII, el "sermón" más logrado de su tiempo, la obra cumbre del románico.

La realización escultórica se levanta sobre un rectángulo de 17 metros de largo por 4,5 de ancho y 9,5 de alto, de esta representación se han hecho diversas interpretaciones.

Son 135 estatuas de granito gallego que Fernando II, enterrado en la Capilla de las Reliquias de la Catedral pagó con 100 monedas de oro al maestro Mateo, requerido para la Catedral cuando estaba construyendo un puente sobre el río Ulla en Puentecesures. En el tímpano del arco central se representa "La Iglesia de Cristo", con Cristo Glorificado tomado de la visión del apocalipsis según San Juan.

En el tímpano destaca la imagen de Cristo enseñando las heridas de manos y pies, sentado, sobresaliendo por su gran tamaño casi tres metros de altura, costumbre del medioevo para resaltar a la imagen que interesaba, le rodean los "Cuatro Evangelistas" escribiendo el evangelio, San Juan sobre el águila, San Mateo sobre sus rodillas, San Lucas sobre el toro, San Marcos sobre el león.

En la base del tímpano ocho ángeles sostienen los "Instrumentos de la Pasión" cuatro a cada lado, de izquierda a derecha, dos ángeles con la cruz, uno con la columna, la corona de espinas, clavos y lanza, pergamino de la sentencia, los azotes y la caña con esponja. En el dintel, debajo del tímpano, una inscripción en latín dice:

- "En el año de la encarnación del señor 1188 era de 1226 y primer día de abril, los dinteles del portal principal de la iglesia del bienaventurado Santiago, fueron colocados por el maestro Mateo que dirigió la obra desde sus cimientos".-

Las demás figuras a ambos lados de Cristo representan a los elegidos, 40 personas casi todas coronadas y dos ángeles con incensarios.

En la arquivolta están los "24 Ancianos del Apocalipsis" sentados en un sofá continuado, por parejas, con instrumentos que tocan y afinan, laúdes, arpas salterio, arpa, fídulas ovales, fídula en ocho, y el famoso organistrum, similar a la fanfona que requiere dos instrumentistas.

Debajo de la figura de Cristo en la columna del parteluz, está la estatua sedente del Apóstol Santiago con un pergamino en la mano donde se leía -"Misit me Dominus",- El Señor me envió.

Encima, el capitel del parteluz representando las tenta­ciones de Cristo en sus cuatro caras. La imagen del Apóstol se apoya sobre el capitel de una columna de mármol esculpida, que representa "La genealogía de Cristo" el árbol de David, desde el corazón de Jessé hasta la Virgen María.

A la altura de la vista figuran cinco huecos, en la columna, donde los peregrinos han puesto en el fuste, las yemas de los dedos desde tiempo inmemorial desgastándola, mientras oraban haciendo sus peticiones al Apóstol, en el capitel se representa a la Santísima Trinidad, la columna se apoya sobre un hombre de espaldas, con barba, entre dos leones.

En el arco del lado izquierdo se representa "al pueblo de Dios", compuesto de tres arquivoltas, la superior solo de hojas, en la del centro once figuras con pergaminos con la palabra de Dios que limpia el pecado y una abrazadera redonda cepo, que es la ley del hombre, en la arquivolta de abajo el limbo, el senado hebreo, los padres de los israelitas, en el interior centro (clave) Cristo bendiciendo  y a su lado Adán y Eva, Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, Aarón y David.

 En el arco de la derecha se representa "los condenados en el Juicio Final", también compuesto con tres arquivoltas, en la del medio se ve a Dios Padre y en la inferior Dios Hijo con los Evangelios, hacia la derecha los condenados demonios que representan la violencia, crueldad, rapiña y glotonería, gula, lascivia y demás vicios, hacia la izquierda los justos, cuatro ángeles salvan las almas puras para llevarlas al arco central, cerca de Dios. En los gruesos pilares que separan el arco central de los laterales hay ocho figuras de tamaño natural, cuatro en cada pilar a media altura, a la izquierda los profe­tas, Jeremías de larga barba, Daniel, “Danieliño”, sonriente, Isaías con bastón y una cartela y Moisés con las Tablas de la Ley.

Las figuras de la derecha representan a los apóstoles, San Pedro con las llaves, San Pablo con libro abierto, Santiago con una bonita túnica obscura y dibujos de flor de Lis, su hermano San Juan rostro joven y el libro del Apocalipsis.

Estas ocho imágenes con Cristo y Santiago, se consideran lo mejor del Pórtico en que destacan por su gran realismo, todo un adelanto del arte en su época la innovación de las primeras sonrisas en las imágenes de Daniel y San Juan, destaca la sonrisa de Daniel sonrisa socarrona con retranca con picardía la mejor de su época, vale la pena recrearse en ella.

Anécdota: La imaginación popular dice que se ríe malicioso de la regordeta mujer que tiene enfrente, la reina Esther con ceñido vestido que escucha colorada (dicen las malas lenguas que "la delantera de la reina Esther fue mandada rebajar por un arzobispo celoso guardián de los buenos principios").

Las grandes estatuas de apoyo del arco de la derecha pueden ser los apóstoles San Mateo, Andrés, Tomás y Bartolomé.

Anécdota: La imaginación del pueblo ha inventado el siguiente diálogo entre ellas, Santo Tomás habla diciendo que tiene sus dudas y que "habrá que discutirlo despacio", levanta la mano y muestra la palma, su compañero con la mano en el corazón dice : -"Yo lo creo"-, enfrente San Marcos, con la mano señalando la calle, les dice -"La iglesia no es lugar para discutir, si queréis seguir, lo podréis hacer por esa puerta". - señalándoles la calle.

En el arco de la izquierda las estatuas de apoyo, según López Ferreiro, son Joel, Abdías, Oseas y Amós, en la base del pórtico se representan cinco grupos de animales con diversas interpretaciones.

En las jambas de las puertas de la calle, de izquierda a derecha, están las imágenes de San Marcos, San Lucas, San Juan Bautista, la reina Esther, Judit y Job.

Detrás del parteluz hay una figura arrodillada que representa al maestro Mateo, con bucles en la cabeza, como avergonzado de lo que ha hecho, mirando al Altar Mayor y de espaldas al Pórtico.

Anécdota: En Santiago se le conoce popularmente como "O Santo dos croques", el santo de los chichones donde tradicionalmente se ayuda a los niños a golpear su cabeza con la del maestro Mateo para que de esta forma le transmita su imaginación e inteligencia, ser buenos estudiantes, abrir y ensanchar la mente.

Es una estatua esculpida muy en bruto, como dejada así por su poca importancia, con expresión juvenil, aspecto de angelote, muy querida por el pueblo, en la cartela que lleva originariamente se leía "Arquitectus".

Entre los arcos y la fachada hay tres bóvedas de nervaduras decoradas con flores y frutas, a la derecha en el suelo tres lápidas, en bronce del gran Cardenal de la S.I.R. Fernando Quiroga Palacios, gallego, arzobispo de 1949 a 1976, fue Presidente de la Conferencia Episcopal de España desde 1966 a 1969, la del arzobispo Tomás Muñiz de Pablos muerto en 1948 y la del arzobispo Pedro Muñiz, 1224, acusado de nigromántico.

Después de entender todo lo que el maestro ha pretendido representar produce admiración contemplar todas y cada una de las imágenes una al lado de la otra, mirándose, en diálogo, con expresión real en la cara una belleza celestial, románi­co avanzado con rasgos suaves, en origen estaban policromadas en colores y oro, se retocaron en 1651 estropeándose la policro­mía al hacer una copia en yeso en 1806 para el museo "Victo­ria and Albert Museum" de Londres.

Anécdota: Se dice en la comarca que los ingleses habían prometido traer el mar hasta Santiago si se les daba el original.

Al atardecer parecen iluminarse, brillar las caras del Creador, de Santiago, San Juan, las barbas de Jeremías, Esther ruborizada, la sonrisa pícara de Daniel.

 Rosalía de Castro expresaba así esta imagen en "Follas Novas"

                        O sol poniente, polas vidreiras

                        da soledade, lanza serenos

                        raios que firen descoloridos

                        da gloria os ánxeles i o padre eterno.

                        Santos i apóstoles, ¡védeos!, parece

                        que os labios moven, que falan quedo

                        os uns cos outros; i aló na altura

                        do ceo a música vai dar comenzo

                        pois os groriosos concertadores

                        tempran risoños os instrumentos.

                        ¿Estarán vivos?, ¿Serán de pedra

                        aqués sembrantes tan verdadeiros,

                        aquelas túnicas maravillosas,

                        aqueles ollos de vida cheos?

                        (Traducción)

El sol poniente, por las ventanas

de la soledad, lanza serenos

rayos que hieren descoloridos

                        los ángeles de la Gloria y el Padre Eterno.

                        Santos y Apóstoles ¡miradlos! parece

                        que los labios mueven, que hablan bajo

                        unos con otros, y allí en lo alto

                        del cielo, la música va a empezar

                        pues los gloriosos concertistas

                        afinan risueños los instrumentos.

                        ¿Estarán vivos? ¿Serán de piedra

                        aquellos semblantes tan verdaderos,

                        aquellas túnicas maravillosas,

                        aquellos ojos de vida llenos?

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