¡Politiqueo! Cierran las fronteras y yo 'fecho' la puerta de casa…

Unicornio.
Unicornio.

Si yo no tengo la culpa, ¿por qué me afecta la actualidad? Es mejor comenzar a replantearse a una misma antes de opinar a discreción... comenta esta autora.

¡Politiqueo! Cierran las fronteras y yo 'fecho' la puerta de casa…

Si yo no tengo la culpa, ¿por qué me afecta la actualidad? Es mejor comenzar a replantearse a una misma antes de opinar a discreción... comenta esta autora.

Hemos construido un puente entre dos siglos,  donde transitan guerras pasadas en son de paz sólo para ser vistas, en cuyas orillas antagónicas todavía se observan el bien y el mal. Este río de la vida aún se disipa en el mar, aún la muerte es ínfima en un mundo de miedos en que el sol sigue brillando cuando el humo nos ciega más. Hay cosas que no hemos conseguido, como explorar la mente humana a partir de un sollozo o enamorarnos de una idea, a pesar de que la Tierra ha albergado vidas que, aunadas, sumarían la eternidad; a pesar de que, sea quien sea un Dios, en algún momento perdemos la fe y el sol nos acosa… Es decir, que el ser humano debería experimentar una mutación con la edad que lo lleve a entender, alcanzar la sabiduría y no morir en vano: creer en el prójimo y sacrificar la ambición por sobrevivir a cambio de ser feliz y no aferrarse al patriarca.

El siglo XXI matará al patriarca. Con él, se desatará la libertad… En un mundo libre y sin autoridad, el hijo rebelde construirá un nuevo hogar con sus manos y trazará el camino a la sociedad con su habla, de modo que la posesión será un logro y no un legado, si bien el legado de nuestros tiempos será aire que respirar. Este siglo es ecléctico, el ciudadano de nuestro tiempo puede elegir su modo de vida con comodidad como si los escritos cobrasen vida.

Sin embargo, no merecemos el bienestar que tenemos, no sentimos al detalle nuestros bienes, no sabemos convivir con el miedo… Ya que el miedo no vive con nosotros: la miseria de la depresión la llevamos dentro, la miseria de este mundo vive lejos. ¿Luchamos por la libertad del individuo? ¿No es el individuo único y excepcional libre de su patriarca? Pues hay naciones pobres, hay mentes pobres: hay mucho a lo que renunciar si queremos paz. ¿Podríamos convencer a un maltratador de hacer turismo? ¿Proponerle a Amancio Ortega un puesto en el mercadillo? ¿Coronar en su agonía a un enfermo terminal? ¿Animar a las estatuas de los parques a que prediquen un poco más? ¿Romper la papeleta del voto electoral como un contrato basura? ¿Entrenar a nuestra mascota para que encuentre el móvil silenciado? ¿No podríamos sustituir a los famosos con nuestro estilo de vida o gobernar el barrio desde la ventana?

La mujer, ese concepto monoteísta. Se la ha nombrado en singular, creo que va por mí. Si es así, pido cariño, una buena siesta, cosméticos de marca, un despacho con vistas, una canción dedicada, un hombre libre, una risa libre, un periódico libre, un espejo libre, liberar adrenalina. Como mujer, quiero que respondan a mis preguntas por encima de la ley y mi atractivo.

El hombre que sea un lobo para el hombre es la fiera que necesito. Ya hay amor libre, ya esa fiera puede ser presa. Si el hombre es un animal social, que sea una persona en la intimidad. Esta doble moral de la guerra de sexos nadie se la cree, ello gracias al escepticismo de nuestras madres dando consejos.

Aprendamos de la tecnología que la acción es instantánea, que en cada amanecer los sueños se olvidan y todo pasa. Sepamos reconocer los errores y volver a empezar, reiniciar el amor con nuevas versiones y consultar nuestra memoria cuando algo falle.

Tendido el puente al futuro, que no nos sorprenda el Universo sin peinar o una vieja amistad mejor peinada, ya que, en momentos, te das cuenta de que el futuro ya está aquí…


    

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