‘Pinches jipis’ y el asesino de la media de nailon azul

Libro Pinches Jipis de Juan Soler, edita Malpaso.
Libro Pinches Jipis de Juan Soler, edita Malpaso.

El escritor mexicano Jordi Soler, autor de diez novelas, ofrece un cambio de registro literario en esta novela negra que edita Malpaso.

‘Pinches jipis’ y el asesino de la media de nailon azul

Pinches jipis es el título de una novela con la que el buen escritor Jordi Soler ofrece un cambio de registro literario dándole vida a un heterodoxo protagonista, metiéndose por primera vez en el mundo palpitante de la novela negra.

Y así lo vemos caminar trajeado como un policía antiguo con gabardina y la petaca de güisqui en el bolsillo, investigando un nuevo asesinato cometido por un extraño asesino, que tiene la costumbre de liquidar a sus víctimas ahogándolas con una media de nailon azul. Estilo de matar que dentro de la tragedia, puede parecer un tanto romántico… Llegará a pensar el lector que se encuentra ante un reprimido sexual, sediento de venganza para calmar sus frustraciones amorosas. Pero es que además, a las víctimas, porque ya van dos, les suele sacar los ojos con cucharilla de las que se usan para el café. Y además, luego les mete los ojos en la boca…

Y tan patentes pruebas para el comandante Conejero, aunque tipo duro que se las trae, el caso de ese estrangulador de la media de nailon azul, que hace solo una semana ya estranguló a una mujer, le extraña fuera la amante de un personaje de la radio de programa de masas provocador y demagogo, siendo además la víctima amiga de su mujer. Consorte caritativa hasta compartir acciones y sentimientos con los Legionarios de Cristo. Lo que manda dos pares de narices, y no lo quiero contar todo. Además el asesino anuncia una tercera canallada.

Toda la historia transcurre en la ciudad de México, esa enorme metrópoli donde entre tensiones y la violencia del crimen es donde se encuentra nuestro protagonista el Emiliano Conejero que pertenece a la vieja escuela policial, ruda y dura, inseparable del whisky en su petaca pegada a la cadera de la que extrae buenos y constantes lingotazos para aclarar la garganta y sentirse en su punto con unas rayitas de coca para lograr el equilibrio

Como suele ser en el género desde los tiempos de Chandler y Hamlet. Está divorciado pero tiene una amiga que le proporciona el placer y regusto que necesita. Sus subalternos lo adoran y puede que también le teman.

El lector tiene que tener en cuenta que Jordi Soler, escritor sólido y de ganando prestigio literario, se introduce por primera vez en el misterioso género negro que, en el que siempre se tiene en cuenta los grandes maestros del género, todo autor nuevo inevitablemente debe acudir a los arquetipos del género, de forma que Soler, en su conjunto procura ser original por lo que en algunos pasajes puede llegar a errar. Carlos Onetti ya lo señalo con bastante claridad: cómo pretender ser original tiene sus peligros.

Y es que el gran protagonista de la historia resulta tan especial e independiente, que trabaja con total heterodoxia, como si no tuvieran nada en común con el gran aparato policial de la inmensa ciudad, que parece no existir para él en la seguridad y estructura del Estado, aunque se le percibe con una exigencia y urgencia sin más.

No estamos ante una gran novela, a estas alturas con avalancha de prisas no es fácil lograr, pero es una historia con una dosis de humor que parece burlarse un tanto del género, se lee bien y no se pasa mal con ella. Al lector le puede sorprender el final de la historia, por supuesto no lo voy a contar. Aunque en México Departamento Federal todo puede ser posible.

Jordi Soler – nació en 1963 en la comunidad de La Portuguesa, cerca de Yanga, en Veracruz, México y vive en Barcelona. Ha escrito diez novelas que se han traducido a varios idiomas. Publica artículos en diarios o revistas de las dos orillas (La Jornada, Reforma, El País, etc.). Es miembro de la Orden de Finnegans, que tiene como objeto la veneración del Ulises de James Joyce cada 16 de junio (Bloomsday) junto con otros autores como Enrique Vila-Matas, Antonio Soler o Eduardo Lago y el editor Malcolm Otero.

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