Hay una montaña mágica donde los señores medievales se reunían para hablar de sus tierras

Mesa dos Catro Cabaleiros
Mesa dos Catro Cabaleiros.

Hay un lugar, a más de 1.200 metros de altitud, donde cuatro concellos lucenses confluyen en un vértice mágico donde los señores medievales se reunían para resolver sus asuntos.

Hay una montaña mágica donde los señores medievales se reunían para hablar de sus tierras

En la Pena dos Catro Cabaleiros, a más de 1.200 metros de altitud, el viento sopla recio y la mirada se pierde en un mar de montañas. En este punto, mitificado a base de siglos de leyendas, confluyen cuatro concellos: Samos, A Pobra do Brollón, O Courel y O Incio. Dos paraísos naturales, la Ribeira Sacra y O Courel, se unen en este vértice mágico, a escasos metros de uno de los puntos geodésicos de la provincia (gracias a ellos se elaboran mapas topográficos). Es un lugar imponente, una cumbre que te enfrenta a un inmenso paisaje de montes interminables. Hay muchos caminos para llegar hasta esta cima, en la que una mesa de granito con cuatro bancos rinde homenaje a los señores medievales que iniciaron la tradición de reunirse en este lugar para hablar de sus asuntos. Hoy, los alcaldes de los cuatro concellos cuyas lindes tocan esta peña mantienen la costumbre con un encuentro anual, aunque seguramente sus temas de conversación sean mucho menos interesantes que los de aquellos hombres de antaño.

Dos de los caminos más sencillos para acceder a la Pena dos Catro Cabaleiros parten de Casela (Samos), el primer pueblo al cruzar hacia O Courel desde A Ferrería do Incio, y desde Saá (A Pobra). Estas dos rutas confluyen a pocos kilómetros de la Mesa dos Catro Cabaleiros. Cómo llegar está explicado en Perrunadas, el blog donde todas las aventuras que vivimos mis tres perras y yo se convierten en rutas de senderismo. Es una caminata de algo más de tres horas, ida y vuelta, en ambos casos; es ligeramente más corta por A Pobra, aunque no mucho. Se puede llegar en coche, al menos en verano, pero solo en todoterrenos o furgonetas, pues las pistas no están en demasiado buen estado. Pero es recomendable ir a pie, porque llegar a ese lugar mítico, que contemplas desde un alto antes de llegar, es una experiencia impagable.

 

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