Los pimientos de Herbón, unos pican y otros no

Marisco y pimientos, una buena combinación.
Marisco y pimientos, una buena combinación.

La denominación de origen oficial es Pimiento de Herbón, llamados de Padrón en otras partes, cosechados en una amplia comarca que abarca la vega padronesa, en tierras de Rosalía de Castro.

Los pimientos de Herbón, unos pican y otros no

Como conocemos el pimiento es originario de América, de Bolivia y México, traído a Europa en el primer viaje regreso de Colón en 1493. El pimiento es un fruto hueco, de forma cónica, de una planta herbácea de la familia de Capsicum Annuum. En 1396 un noble gallego metido a franciscano, fray Gonzalo Mariño funda, bajo la bula del Papa Bonifacio IX, el Convento de Franciscanos en la  parroquia de Herbón, del Ayuntamiento de la villa de Padrón (A Coruña). En 1701 el convento creó el Colegio de Misioneros, escuela para 35 estudiantes franciscanos que al poco tiempo enviaron a predicar y establecer misiones en México, concretamente a Querétaro. A su vuelta, mediados del siglo XVIII, alguno de los padres franciscanos trajo simiente de pimientos.

La simiente del pimiento se plantó en el convento y poco a poco en las fincas cercanas al convento, valle de Herbón, verde campiña fértil, tierras negras de calidad, muy productivas, regadas en su costado por las cristalinas aguas del río Ulla. Como consecuencia de elegir las mejores simientes, una selección personal, se ha ido mejorado la calidad. A lo largo de los años la variedad llegada desde Quéretaro se fue adaptando a las tierras de Herbón, de suaves y pocas oscilaciones de temperatura y a las aguas del río Ulla.

El pimiento se hizo más pequeño que el llegado de México, alrededor de 5 cms, alargado, con brillo, color verde oliva, de intenso sabor y menos picante. Este pimiento es  diferente a los grandes morrones y es dulce, diferente a los picantes jalapeños y chiles. Las familias productoras de Herbón llevan muchísimos años de generación en generación trabajando en la especialización de su propia semilla, selecciona sus mejores simientes para lograr su ventaja competitiva, la calidad, un pimiento carnoso y que no pique.

Economía y cultura

La denominación de origen oficial es Pimiento de Herbón, llamados de Padrón en otras partes, cosechados en una amplia comarca que abarca la vega padronesa, en tierras de Rosalía de Castro, unas tierras de calidad, un minifundio dividido en más de 19.700 parcelas de explotación propia, utilizando mucha mano de obra familiar. Los pimientos de Herbón son un producto cultivado en 14 hectáreas de invernaderos y 20 hectáreas al aire libre, se plantan a principios de enero para producir un total de 2 millones de kilos de pimientos que llegan a los mercados gallegos, nacionales y de exportación a principios de mayo.

La explotación se extiende actualmente también por toda la comarca del río Sar, por Rois, Dodro, Pontecesures y Valga, con la misma denominación. Muchos de los productores se han asociado en la Sociedad Agrícola de Transformación A Pementeira que produce, envasa y comercializa los pimientos en bolsas de 100 unidades. Los Pimientos de Herbón se vende en bolsas de plástico, con 25 manos de pimientos, una mano son 4 pimientos. Se empiezan a recolectar muy pequeños a principios de mayo, se pueden comprar a 6 euros la bolsa, hasta finales de agosto en que baja a 2.5 euros.

Los primeros pimientos recolectados de la mata, los de primera flor, no pican ninguno, posteriormente los recogido más tarde pican algunos, si no han sido bien regados o porque les ha dado un sol excesivo. Hay mucha leyenda urbana sobre el picante de los Pimientos de Herbón, a lo largo de la selección de simiente se ha eliminado la “capsicina”, un componente que produce el sabor picante en algunos pimientos. Se puede evitar regando las plantas en su momento adecuado, además de que no les de excesivo calor, directamente el fuerte sol del verano.

Los Pimientos de Herbón así llamados para distinguirlos del genérico Pimientos de Padrón, nombre registrado por un murciano y producidos en tierras secas distintas a las de Herbón, en Murcia, Almería o Marruecos. Se diferencian en que los de Herbón son más carnosos. Los otros tienen sólo piel y pican mucho más, pimientos más grandes que a finales de agosto pican fuertemente, se ponen de color rojo y son incomestibles.

Los domingos en Padrón, en enero, se venden plantones de pimientos, de simientes poco seleccionadas, se llevan a distintos lugares de tierras secas, rojas, pero el producto no da el mismo resultado.

El primer sábado y domingo de Agosto se celebra en Herbón a Festa do Pemento en la carballeira del convento. Este año se celebrará la nº 38. La parroquia de Herbón se engalana para recibir a miles de curiosos y turistas. Hay desfile de tractores, romería, orquestas, actuaciones musicales y bombas de palenque. Los visitantes que llegan son obsequiados con pimientos fritos pan de maíz y algunos son nombrados Caballeros y Damas del Pimiento de Herbón.

La casi única forma de comer los pimientos de Herbón es servirlos fritos. Es un producto del verano en Galicia, acompañado de unas xoubas “afogadas”, fritas o sardinas asadas con cachelos, pan de “molete” y un buen vino. Es una de las mejores elecciones que podemos hacer para degustar una buena comida veraniega. Veamos una receta padronesa. En principio se les corta parte del rabito, dejando un trozo para poder comerlo con la mano. Se lavan en agua corriente y se ponen a secar sobre un paño. Una vez secos se añaden a la sartén con aceite de oliva virgen, templado, los pimientos que estén sueltos, no apelmazados en la sartén. Una vez toman color, ni muy verdes ni tostados, se retiran con la espumadera y se le sala con sal gorda. Rápidamente a la mesa para comer calientes. Todo un goce para el paladar más exigente.

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