En la Pascua, 144.000 voces ausentes de sonido, ahogadas en un gemido

Refugiados de Siria © ACNUR/ S.Malkaw
Refugiados de Siria © ACNUR/ S.Malkaw

Sentimientos encontrados en tiempo de Pascua, entre el júbilo de la celebración religiosa y el llanto de 144.000 voces de dolor agudo, ausentes de sonido, ahogadas en un gemido.

En la Pascua, 144.000 voces ausentes de sonido, ahogadas en un gemido

En la homilía del pasado domingo en la Parroquia de Nuestra Señora de las Mercedes en Heredia, en San José (Costa Rica), el sacerdote compartía con la feligresía su profundo pesar por la agresión que sufren, la brutalidad con la que mueren y la desesperación con la que viven los jóvenes de todas partes.

Los que se ahogan en Siria luchando por una bocanada de aire de vida, los que todos los días en las calles de nuestro país fallecen por la sentencia de un revólver que rompe en mil pedazos su humanidad y los que hacen correr por sus venas, sangre negra contaminada por la podredumbre de las drogas.  

Muchos de ellos, no dudo en afirmar, anhelando quitar el velo que como telaraña se asienta espesa y turbia en sus ojos, les niega la luz y les limita poder manifestar su observancia al cuarto de los mandamientos, el que manda honrar a sus padres y a éstos formar a sus hijos y con ello lograr la ansiada felicidad.  Ese deseo está en ellos, aunque no lo digan sus ojos, aunque no lo griten sus insultos, aunque sus propias desgracias hayan alejado a aquellos del hogar y vivan ausentes de su realidad.

Es tiempo de la Pascua del Señor, es tiempo de sentimientos encontrados entre la alegría y el júbilo de la celebración religiosa y el llanto de 144.000 voces de dolor agudo, ausentes de sonido, ahogadas en un gemido, por las que en silencio debemos elevar nuestra oración y confiar en que en el tiempo de Dios, un golpeteo fuerte y sonoro llame a la puerta de sus corazones.  Oremos porque se animen a abrir y empiecen de nuevo a vivir.

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