¿Se parece la familia española de hoy a la de hace 50 años?
Tal vez aún conservamos algunas cualidades positivas en relación con otros países.
Aunque el concepto de familia en España ha ido evolucionando en los últimos años, aún conserva algunas diferencias con otros países de nuestro entorno.
Me refiero a los vínculos que unen a sus miembros: afectos libre, espontánea y frecuentemente expresados; interés por las dificultades de los demás; respeto a sus mayores basado en el reconocimiento de su autoridad moral, capacidad y experiencia; complicidad emocional; auxilio recíproco en las contrariedades, ya fueren materiales, de enfermedad o necesidad de consejo, por ejemplo.
Y esto sucede aún después de que los descendientes han creado su propia célula familiar y comienzan a fomentar y vivir en su seno estos valores a los que me estoy refiriendo.
En culturas diferentes a la nuestra, con frecuencia resulta difícil comprender y hasta admitir esta concepción de la familia, que suele interpretarse como irrupción en la libertad e independencia del nuevo núcleo; de tal manera que, en las uniones de procedencias culturales diferentes, la conservación de estos lazos con la familia antecesora puede dar lugar a fricciones y hasta desencuentros definitivos.
El permanente contacto de los seres humanos con otras formas de vida son la causa de que, paulatinamente, hayamos ido absorbiendo ese otro concepto de familia con menos nexos entre sus componentes y más independencia entre ellos.
En el mundo animal hay también dos formas de concebir la “familia”: unos viven en manada y otros en soledad desde que son autosuficientes.
La vida familiar española en modo alguno significa gregarismo en el sentido de dependencia, servidumbre o incapacidad, sino una manifestación de la necesidad de tener una vida social, de afectos y colaboración, que hace sentirse mejor a todos sus componentes, a través de la interdependencia y la simpatía.
¿Es mejor lo de hoy o lo de antes? Cada uno tendrá su opinión; pero es evidente que se ha producido un profundo cambio en el concepto de familia, no sólo desde la perspectiva jurídica, sino también de la sociológica. Sólo con el paso de los años podremos ir percibiendo las consecuencias que esa nueva familia ha tenido en la sociedad. @mundiario