El País se plantea por qué Diana Quer ocupa tanto espacio en los medios y otras desapariciones no

Atrás quedan más de tres meses desde la desaparición de Diana Quer, la joven de 18 años que fue vista por última vez tras asistir a una fiesta en A Pobra do Caramiñal, el municipio coruñés donde pasaba las vacaciones de verano. Diana Quer mide 1,75, tiene el pelo largo, liso y moreno; los ojos oscuros y pesa 55 kilos. Cada año se presentan más de 14.000 denuncias de desaparecidos en toda España. En su caso, empieza a haber avances en la investigación de su desaparición.

"Cien días después de haberse producido la desaparición de Diana Quer, con el transcurso del tiempo no ha sido una razón para olvidarnos de ella, sino un argumento para estimular las expectativas. Lo prueban los datos de audiencia y la manera en que se retroalimentan los programas, los diarios y los espectadores, en el interés que siempre han despertado las noticias de sucesos", sostiene el diario El País, que se plantea por qué Diana Quer ocupa tanto espacio en los medios y otras desapariciones no.

Según Rubén Amón, no todas las desapariciones adquieren la relevancia de Diana Quer. "Ni todos los casos morbosos reúnen una familia acomodada, el reclamo de una mujer joven, atractiva, la oportunidad de meterse a hurgar en una casa ajena y la sospecha de un crimen doméstico", explica.

"Y no es que haya razones para localizar ningún cómplice o partícipe en la familia de la muchacha —todo lo contrario—, pero la memoria de la opinión pública tiene muy arraigados los casos de Bretón y Asunta, como si la excepción fuera la regla. Y como si esperáramos in extremis una confesión arrebatadora", comenta el diario de Prisa.

SOS Desaparecidos recibe un correo en nombre de Diana Quer 

"Hola, estoy bien, necesito estar un tiempo fuera de España. Saludos, Diana Quer". La asociación SOS Desaparecidos hizo público, a través de su responsable, Joaquí­n Amills, que recibió un correo electrónico firmado supuestamente por la propia joven madrileña en el que se asegura que está bien y que se encuentra en el extranjero.

Joaquí­n Amills explicó a la prensa que, a día de hoy, están convencidos de que el correo electrónico no fue escrito por la joven madrileña por tres motivos: el primero por considerar que lo normal sería que, de ser ella, hubiera enviado el mail a su familia, algo que no hizo; el segundo por el tipo de redacción utilizado, y el tercero por el desconocimiento que la propia Diana Quer tiene de informática para utilizar servidores diferentes al suyo y ubicados en otros países que únicamente buscan ocultar la identidad del redactor del correo y su posición geográfica.

El mail fue recibido en SOS Desaparecidos este miércoles a las tres de la madrugada. Una hora después, SOS Desaparecidos remitió el correo a los responsables de la Guardia Civil que llevan el caso en Madrid, y sobre las nueve se siguió el mismo procedimiento haciendo llegar el texto a los agentes que investigan la desaparición en Galicia.

Un debate nacional, un derbi, que divide la sociedad

Para El País, se ha establecido incluso un debate nacional, un derbi, que divide la sociedad entre partidarios de la madre y del padre, al que han contribuido ellos mismos recreando la beligerancia de su divorcio. "Y participándonos de intimidades —la anorexia, los antidepresivos, las luchas por la custodia, los malos tratos psicológicos— que han desviado la atención del caso a espacios marginales", dice Amón, que añade: "O no tan marginales, pues la acomodada familia Quer probable y cínicamente nos parece peor que la nuestra, aunque la nuestra no saldría indemne del escrutinio público si entraran las cámaras en casa y operara a su antojo el microscopio."

Planea la desmitificación de la familia, se somete al escarnio la certeza de la célula embrionaria de la sociedad, como está ocurriendo con tantas series de ficción que resultan tan reales, incluidos los hitos de Ray Donovan, Shameless o Bloodline.

Entre 14.000 y 20.000 personas desaparecidas

Cada año desaparecen en España entre 14.000 y 20.000 personas. Y se diría que Diana Quer, no pretendiéndolo, representa a todas en la atención mediática y en la expectativa de la opinión pública, de forma que los investigadores han concedido al asunto un valor prioritario, no discriminando otros dossieres, pero asumiendo al tiempo una presión que lucha con el tiempo o contra el tiempo. "Y que se expone cada día a la filtración de noticias, rumores, peritajes, especulaciones", subraya El País.

La resolución del caso tendría un valor catártico de propaganda, en la acepción noble del sustantivo. Y el escenario contrario conllevaría una frustración. Todo o nada, esa es la fuerza del caso Quer en su proyección de una sociedad obsesionada con el vecino.