El tuteo al rey que le puede costar la guillotina a María Victoria Albertos

El rey Felipe VI y la periodista María Victoria Albertos.
El rey Felipe VI y la periodista María Victoria Albertos.

Los fanatismos y la simpleza intelectual se aúnan para condenar: despido, guillotina y otras barbaries del pelo, a María Victoria Albertos, periodista de Telecinco.

El tuteo al rey que le puede costar la guillotina a María Victoria Albertos

Los fanatismos y la simpleza intelectual se aúnan para condenar: despido, guillotina y otras barbaries del pelo, a María Victoria Albertos, periodista de Telecinco.

Si ustedes me lo permiten, ya que si les profeso un trato de “tú” van a pedir mi cabeza, diré que vivimos inmersos en un mundo donde el sensacionalismo es la clave de todo. Ayer, sin ir más lejos, le tocó sufrir las desidias de este emergente periodismo chabacano a María Victoria Albertos, periodista de Telecinco. Ella entrevistó al rey Felipe VI previo a la final del Europeo de baloncesto tratándolo de "tú". Y claro, como no, ese iba a ser, sin ella saberlo aún, el tema más comentado del día. Todos los periódicos sin excepción la critican duramente, y el público lanza mensajes en su contra tildándola de “chabacana, mala profesional, maleducada e irrespetuosa”.

Sin embargo, felicito a aquellos que la han exculpado y respaldado, ya que una profesional de su magnitud no puede ver su trayectoria turbada por una memez de semejante índole. Decía uno en Twitter que si todos nacemos con los mismos derechos, ¿por qué ha de tratársele al rey de usted y a mí, persona corriente, no? Pues bien, aquel usuario tiene más razón que un santo. Defendemos todos la democracia y la igualdad, y a la hora de la verdad, echamos piedras contra nuestro propio tejado.

Debatir si fue o no un error el trato de María Victoria Albertos sería demasiado copioso. No obstante, critico con la misma dureza que otros lo han hecho con la periodista, a los medios de comunicación que no han incluido el vídeo en cuestión en la noticia. Porque, si lo vemos, descubrimos que el primero en tutear es el rey a la periodista, lo cual no me parece mal, y es luego ésta la que responde por el mismo palo. En ese momento, Albertos pensó, con lógico criterio, que sería conveniente profesarle el mismo trato que había recibido por parte del rey con el fin de no molestarlo. Y entonces, los fanatismos y la simpleza intelectual se aúnan para condenar, despido, guillotina y otras barbaries del pelo, a María Victoria Albertos. Definitivamente, estamos trazando caminos que desembocan en la estulticia, y la sensatez brilla por su ausencia. Si cada error, puestos que lo fuera, recuerden las palabras de usuario de Twitter, costara un puesto de trabajo, no había trabajador en el mundo que durase más de un par de días. Como decía Pío Baroja: "el ser humano es horror a manos llenas".

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