ONG’s: luchar contra la pobreza pagando salarios poco sostenibles

Captura de un vídeo de Cruz Roja.
Captura de un vídeo de Cruz Roja.

Las ONG se apuntan al capitalismo extremo aunque eso signifique traicionar su propia razón de ser y poner en riesgo una credibilidad cada vez más en entredicho.

ONG’s: luchar contra la pobreza pagando salarios poco sostenibles

El 7 de Noviembre de 2016 publiqué en este mismo medio un artículo titulado “Las ONG en España: solidaridad de andar por casa” en el que manifestaba la controvertida opinión de que muchas de estas organizaciones han hecho de la solidaridad una profesión y no una meta. Sostenía entonces -y lo sigo manteniendo hoy- que las ONG se han transformado en empresas que cumplen con todas las reglas del capitalismo económico, incluidas aquellas que son menos gratas como es la optimización de los recursos humanos, aunque eso signifique pagar salarios que están muy por debajo de la capacitación profesional, o exigir el cumplimiento de actividades laborales que transgreden los acuerdos sociales. 


El pasado sábado 10 de marzo, el periódico El País publicó un reportaje de investigación en el que destapa la incongruencia de luchar contra la pobreza mientras se mantiene a trabajadores con sueldos precarios. En concreto señala a Cruz Roja y Aldeas Infantiles como dos de las organizaciones sin ánimo de lucro culpables de pagar mensualidades de 735€, el salario mínimo, lo que no parece conforme a su labor social en un sector que, según datos de El País, emplea a 645.000 personas en España.

Luchar contra la pobreza mientras se mantiene a trabajadores  con sueldos
precarios es una actitud difícil de asumir por la sociedad.

En dicho reportaje, trabajadores que piden que se respete el anonimato para no tener problemas descubren prácticas inadecuadas en sus respectivas organizaciones mientras algunos gestores defienden su política económica ante el recorte que el gobierno ha efectuado en materia social. ¿Cómo no vamos a reducir los salarios si no nos dan las subvenciones y ayudas que precisamos?, vienen a justificarse.

No se me ocurre un ejercicio mayor de hipocresía. Para nada hablan de las remuneraciones de los directivos, ni los gastos sobredimensionados de algunas organizaciones/ empresas que hace mucho que olvidaron su misión principal. Tan jugoso es el negocio que hasta un fondo de inversión, Corpfin, se ha atrevido a comprar una veterana ONG dedicada a la salud mental, la emergencia y la protección a la infancia. Lo nunca visto: tiburones financieros manejando los fondos dedicados a la solidaridad. Un oximoron difícil de encajar en la conciencia colectiva.

En los últimos tiempos han sido varias las informaciones que no dejan en buen lugar a algunas organizaciones solidarias. El escándalo sexual que implicó a trabajadores y responsables de Oxfam es el más sonado, pero cada cierto tiempo se descubren aspectos que van rascando la opacidad de un sector que mantiene un cierto hermetismo por temor a las represalias. Hay más sombras que luces en el actual panorama de la solidaridad y quizá haya llegado el momento de revisar su labor social y su planteamiento del negocio. O, cuanto menos, que los donantes conozcan lo que se cuece en su interior y que decidan si quieren seguir apoyando el modelo actual. @mundiario

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