La OMS pide a los Gobiernos del mundo “dialogar” con quienes no creen en el coronavirus

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Una protesta de escépticos ante el coronavirus y contra las restricciones por la pandemia en Berlín, Alemania / DW.
Los movimientos nacionalistas impulsados por teorías de conspiración han creado un clima de incredulidad ante una crisis que es palpable y perceptible en cada dimensión del sistema de vida en todo el planeta.
La OMS pide a los Gobiernos del mundo “dialogar” con quienes no creen en el coronavirus

La pandemia de Covid-19 no solo trajo desglobalización y crisis económica, sino profundas crisis sociales que, además de derivar de la precariedad, la austeridad, el desempleo y paralización de las economías, generó un foco muy grande de escepticismo y falta de conciencia civil sobre la cultura sanitaria que se debe tener en estos tiempos tan críticos y decisivos para el futuro de la humanidad en las próximas décadas. La OMS sigue estableciendo canales de comunicación con la comunidad internacional para suprimir cualquier reexpansión acelerada del virus en cualquier lugar del mundo. 

Es por ello que la Organización Mundial de la Salud (OMS) llamó este pasado lunes, 31 de agosto, a los Gobiernos de todo el mundo a “dialogar con los manifestantes anticoronavirus”, y recordó a las personas opuestas a las restricciones contra la pandemia que el virus es "real" y "mata".


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Esto implica que la autoridad sanitaria global prevé crear una plataforma diplomática-comunicacional mundial para que la cultura de la prevención en la salud pública sea el nuevo paradigma del desarrollo del siglo XXI hasta el punto de ser incluido en uno de los objetivos de desarrollo sustentable de la agenda de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para el año 2030.

"Debemos escuchar lo que la gente pide, lo que la gente dice. Deberíamos emprender un diálogo honesto", declaró a la prensa el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, consultado sobre las manifestaciones de los que se oponen a las consignas impuestas para frenar la Covid-19, como las que se produjeron este pasado fin de semana en Alemania y en otras partes de Europa.

Entonces, la posición del organismo es clara al inducir una política sanitaria basada en el principio de cooperación colectiva para que la estabilidad salud pública sea la meta final de este largo camino que aún esté lejos de terminar, pues el desarrollo de la vacuna ha iniciado una carrera científica mundial, que a su vez detonó una confrontación geopolítica entre las principales potencias globales: Estados Unidos, Rusia, China y Reino Unido, por el control de la economía del planeta en la era post-pandemia.

"Pero al mismo tiempo, quisiera decir a los que se manifestaron la semana pasada que el virus es real. Es peligroso. Circula rápidamente y mata, y debemos hacer todo para protegernos y proteger a los otros", agregó en una conferencia de prensa desde la sede de la OMS en Ginebra, Suiza.

Por lo tanto, la estrategia del organismo y de los Gobiernos con sus respectivos ministerios de Salud debe basarse en cortar las cadenas de transmisión para que los brotes no se multipliquen y evitar así que se conviertan en potenciales focos de contagio masivos a niveles nacionales e internacional, es decir, un segundo ciclo de expansión violenta de la pandemia tal como cuando estalló en febrero.

Ahora que la perspectiva de una segunda ola de la pandemia alimenta los temores de nuevos confinamientos en Europa y en otras partes, la furia crece entre los partidarios de un relajamiento de las medidas restrictivas contra el nuevo coronavirus.

En Alemania, un agresivo intento de toma del Parlamento nacional en una manifestación "anticorona" este fin de semana mostró una nueva etapa en la radicalización del movimiento. Se trata de un fenómeno social con ciertos tintes políticos que rechazan la expansión de la industria farmacéutica-médica y que ven en esta crisis una teoría de la conspiración fraguada por ese conglomerado y los Gobiernos para controlar la economía y aumentar sus riquezas.

Por su parte, Michael Ryan, director de urgencias sanitarias en la OMS, recordó que “las epidemias y las situaciones de urgencia crearon desde siempre fuertes emociones, haciendo muy difícil la aceptación de las medidas por la población”.

El aislamiento y el confinamiento de la dinámica social en una cultura tan agitada como la europea, origina estos impactos de malestar civil por la restricción de la celeridad con la que funciona el complejo sistema de relaciones públicas de los países del viejo continente por la naturaleza misma de sus economías y poblaciones.

"Es muy importante que los gobiernos no reaccionen de manera excesiva a las protestas de la gente contra las medidas", afirmó. Es decir, el organismo llama a que no se desate una crisis de autoritarismo en los países cuyos gobiernos decidan reprimir las protestas masivas contra el confinamiento y las restricciones por la pandemia.

El director de la OMS envió un mensaje claro a quienes consideran que no es grave que el virus mate a personas mayores: "Cada vida, se trate de un joven o un viejo, es preciosa. Y debemos hacer todo para salvarla", sentenció.

De esta forma, se pone sobre la mesa el debate ético ligado a la preservación de la vida como paradigma de la humanidad en su integridad existencial, pues aunque es un dilema para muchos entre salvar la economía o salvar vidas ancianas, se trata de un asunto humanitario que no debería quedar rezagado ante los intereses financieros del sistema político de cada país subordinado al sistema capitalista mundial. @mundiario

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