OMS: “El inconveniente de AstraZeneca muestra que el camino a la vacuna no será fácil”
La carrera científica mundial que actualmente está en curso por la supervivencia de la humanidad ante una crisis biológica y sanitaria, que no tiene precedentes desde la pandemia de influenza de 1918, tiene obstáculos que eran de esperarse cuando las grandes potencias dominantes del sistema capitalista global decidieron emprender un pulso geopolítico por hallar la panacea para neutralizar esta distorsión histórica sobre el sistema de vida de nuestra civilización posmoderna. La OMS ha lanzado otra advertencia, y esta vez, el impulso del paradigma de la ciencia moderna se ha ralentizado, pero no decae.
Y es que la jefa de científicos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Soumya Swaminathan, dijo este pasado jueves que “la interrupción de los ensayos para la vacuna contra el covid-19 por parte de la farmacéutica AstraZeneca es una muestra de que el camino hacia una solución frente a la pandemia no será directo y rápido”.
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Esto implica que la comunidad científica mundial trabaja a contrarreloj para hallar el elemento clave en la estructura genética del ARN del virus atenuado con el cuals e creó la vacuna británica para así entender por qué y cuál pieza de la cadena provocó una afección de mielitis en uno de los pacientes que se prestó como voluntario para recibir una dosis en la fase 3 de ensayos clínicos del fármaco, desarrollado por esa compañía biotecnológica junto con la Universidad de Oxford, en Reino Unido.
“La paralización de ensayos en AstraZeneca al encontrarse efectos secundarios adversos en un paciente es un procedimiento normal de seguridad y un recordatorio de que la investigación clínica tiene altibajos”, declaró la epidemióloga india, una reconocida experta de la OMS.
Por lo tanto, el riesgo epidemiológico de que se produzcan afecciones de este tipo es alto y común, pese a que cause alarma en la población civil, pero se trata de una de los muchos vacíos procedimentales que enfrenta la comunidad científica en un proceso muy acelerado por el desarrollo de una vacuna que, normalmente, tardaría entre 5 a 10 años para ser terminada, pero en vista de la voraz expansión de la pandemia de Covid-19 y en aras de frenar la descomposición del sistema de vida, crear el antiviral en unos meses implica márgenes de error muy elevados como este traspié que sufrió AstraZeneca. Sin embargo, la fase 3 seguirá su curso en las próximas semanas.
“En este caso los efectos secundarios han revestido cierta gravedad, por lo que se ha seguido la habitual medida de someter las pruebas al escrutinio de la directiva de AstraZeneca, que conducía estos tests con el apoyo de la Universidad de Oxford”, señaló la experta.
El camino que queda por ahora es maximizar la inversión del Gobierno británico para acelerar el desarrollo de la ChadOx-nCov-2, el nombre oficial de la vacuna de AstraZeneca, para que pueda ser distribuida mediante el Fondo COVAX de la OMS, según ha estimado, para mediados de 2021 e inicios de 2022.
Swaminathan pidió en todo caso que “la noticia no cause desánimo, pues este tipo de cosas ocurren y ahora hay que esperar la decisión de la directiva sobre qué pasos se darán en los ensayos”.
Lo cierto es que la humanidad deberá reconstruir espacios de nueva correlación social y económica bajo nuevos paradigmas culturales de bioseguridad con el objetivo de mantener contenida la volatilidad actual de la salud pública, todo esto mientras la comunidad científica y política internacional trabaja de forma mancomunada junto con la OMS para iniciar el proceso de inmunización que devolverá estabilidad al sistema de vida global. @mundiario
