La OMS comprueba que menos del 10% de la humanidad tiene anticuerpos frente a la Covid-19

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Dos dosis experimentales de la vacuna contra el coronavirus / as.com
Mientras la economía mundial trata de reajustarse y la dinámica social de la humanidad toma nuevas formas de interrelación en este alterado sistema de vida, el planeta entero espera por una vacuna.
La OMS comprueba que menos del 10% de la humanidad tiene anticuerpos frente a la Covid-19

La volatilidad del ciclo biológico que tiene en reducción y retracción a nuestra civilización comienza a reflejarse en la capacidad natural de la humanidad para sobreponerse a una crisis sanitaria que, en algún momento, podría convertirse en un fenómeno endémico y estructural del ecosistema. 

Sin embargo, nuestra especie aún no ha llegado a un umbral inmunológico que le permita tener una barrera biológica contra este microorganismo que ha acelerado vertiginosamente una descomposición humanitaria en la población mundial.


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Y es que los estudios que miden si una comunidad ha desarrollado anticuerpos contra el covid-19 muestran aún porcentajes promedio por debajo del 10%. Es decir, la mayor parte de la humanidad sigue siendo susceptible a la enfermedad. Así lo destacó este pasado miércoles una experta de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Esto implica que las teorías que durante varias semanas circularon sobre la posibilidad de que, en lugar de esperar un tiempo incierto por la distribución de la vacuna, la humanidad desarrollara una inmunidad colectiva o de rebaño para así enfrentar con una barrera biológica de amplio espectro en las células masivas una segunda fase de expansión de la pandemia de coronavirus. 

Sin embargo, la directora técnica de la OMS y jefa de la comisión contra la Covid-19, Maria Van Kerkhove, aclaró que “existen cientos de estos estudios de seroprevalencia con resultados muy diferentes, por lo que es difícil llegar a conclusiones categóricas, pero en principio muestran que más del 90% de los sujetos (las personas) siguen sin anticuerpos”.

Entonces, unas 6.930 millones de personas en todo el planeta no poseen anticuerpos contra el SARS-CoV-2, mientras que apenas 770 millones sí podrían tenerlos. Claramente, el 90% de la humanidad, compuesta por una población global de 7.700 millones de personas, no está lista para enfrentar o superar esta pandemia con base en la inmunidad colectiva, pues hasta ahora es genética, biológica y estadísticamente improbable que eso ocurra. 

Entretanto, la Covid-19 sigue golpeando con fuerza al mundo, mientras se hace un equilibrio entre la crisis sanitaria y la económica. No obstante, lograr ese equilibrio se ha convertido en una suerte de falso dilema ético entre contener la volatilidad del sistema sanitario y contener la volatilidad del sistema económico, pues la escasez de dinero en los grandes tejidos sociales implica mengua, desgaste y pobreza frente a un acelerado proceso de deterioro de la salud pública en varias zonas urbanizadas y demográficamente densas de países desarrollados. 

El disparo de los contagios llevó a Europa a superar la barrera de los 5 millones de casos. Con el alza de las infecciones, los gobiernos comienzan a reinstalar algunas restricciones, tras el paso del verano y a meses del inicio del invierno. El problema radica en que la reactivación de la vida económica ha desencadenado nuevos focos de transmisión que se han vuelto muy impredecibles y simultáneos para que los Gobiernos los controlen de manera efectiva a corto plazo.

Europa se ubica como la cuarta región del mundo más golpeada por el virus. En abril llegó a ser el epicentro global de la pandemia, pero los confinamientos estrictos lograron suprimir la movilidad social y cortar las cadenas de transmisión junto con el cierre de fronteras y la suspensión de vuelos a territorio europeo. Actualmente se registran incrementos de contagios en varios países de Europa y se evalúan nuevas restricciones para contener los brotes, dado que el viejo continente está en pleno proceso de una segunda ola de la Covid-19, lo cual amenaza con retrotraer la actividad económica de forma aislada y selectiva justo en un período de aguda recesión en la eurozona de la que no se avizora un fin a corto plazo.

Mientras la economía mundial trata de reajustarse y la dinámica social de la humanidad toma nuevas formas de interrelación en este alterado sistema de vida, el planeta entero espera por una vacuna para intentar volver progresivamente a la normalidad y al paradigma de la globalización que existió en la era pre-pandemia. En esa carrera está la multinacional farmacéutica estadounidense Johnson & Johnson, que se suma a los otros grupos farmacéuticos que alcanzan la fase 3 de los ensayos clínicos, como la británica AstraZeneca y la también norteamericana Moderna.

En estas pruebas participarán 60.000 voluntarios de tres continentes (América Latina, Asia y Europa). Johnson & Johnson suministrará una sola dosis de su inmunización a las personas. Si los resultados son positivos, la compañía aspira a presentar una solicitud de autorización de emergencia ante la Agencia de Medicamentos de Estados Unidos (FDA), según reseñó la corporación en un comunicado, difundido por la agencia Reuters.

La recesión asfixia los modos de subsistencia socioeconómica y la pandemia ralentiza el proceso de recuperación de la dinámica normal de relaciones y actividades que le dan esencia, sostenibilidad y funcionamiento a nuestro sistema de vida. La salida a esta crisis será científica y biológica, pero inducida en el marco de la carrera global que hoy tiene en vilo a la humanidad por la tan ansiada vacuna contra el coronavirus. @mundiario

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