La obstrucción de vínculos como causa de violencia: el caso de Micaela

El hecho de estar separados de los seres a los que amas profundamente es denigrante y está viciado de un total abuso
Niño.

Algunas feministas extremas propugnan por el fin del machismo y la violencia sobre las mujeres; sin embargo pretenden que el varón sea castigado inmediatamente obviando la presunción de inocencia. 

La obstrucción de vínculos como causa de violencia: el caso de Micaela

Hace unos pocos días, en cada rincón de la Argentina, se realizó una nueva jornada multitudinaria con el objeto de reclamar por los femicidios; es decir, fue un grito colectivo contra la violencia ejercida por el hombre sobre la mujer y que ha sido denominada “Ni Una Menos”.

Luego de observar y analizar cada detalle de la marcha, las declaraciones o conceptos vertidos, a veces en un tono un poco áspero y denotando una bronca contenida, concluí que continúa la falta de autocrítica colectiva buscando una tendencia al choque, un Boca – River, entre los géneros sin realmente intentar construir en pos de un mundo más saludable.

En mi mente comenzaron a surgir algunas preguntas como ¿realmente queremos modificar la historia?; si fuera así intentaríamos realizar un trabajo mancomunado entre ambos sexos para debatir y, quizás, concluir que con educación podemos arribar a puertos seguros. Partiendo del lema "¡Ni Una Menos!" me pregunto ¿por qué no llamarlo "Ni una persona menos!"? No deberíamos olvidar, a excepción que existan otras pretensiones, que aunque sean minoría ha habido casos de niños muertos o severamente castigados por sus madres con el fin de herir indirectamente a su macho alfa. A su vez, no debemos ignorar que en divorcios conflictivos, y bajo la asistencia de algunos letrados, muchas mujeres hacen falsas denuncias con el fin de mejorar sus tajadas económicas o sencillamente vengarse del padre de sus hijos. También es conocido que, sustentado en una cultura machista, el varón que denuncia golpes de su pareja es castigado con la burla, hasta a veces por quienes deben tomar las denuncias, o por su propio entorno quienes muy usualmente recomiendan que son maricas.

Por otra parte, vale recordar que en esta Argentina no existe la custodia compartida tras un divorcio; es decir, que la mujer tiene por derecho propio la tenencia absoluta sobre un hijo y por ende la responsabilidad de formar a ese niño (por cierto una dictadura aplicada a los hijos), mientras que el varón es puesto en el escalón de un mero aportante de dinero, un simple monedero (objeto inanimado y sin sentimientos que sólo sirve para ser utilizado cuando se lo necesite). Ahora, seguramente se preguntarán ¿por qué apunto esto?, y la respuesta es simple: ¿quiénes forman a estos asesinos? Muchos opinarán que son producto de la ausencia paterna, intentando culpar al otro y no haciéndose cargo de lo que nos toca como sociedad o lo que con presiones extremas han generado.

Para graficar esta foto expondré el caso de Juanca (nombre ficticio)  quien padece, desde hace unos 7 años, de obstrucción de vínculos y a quien en abril le impusieron una restricción de seis (6) meses por intentar ver a su hija tras su salida de la escuela. La “mamá” de Micaela (nombre ficticio para la niña obstruida) lo denunció por considerar que pone en riesgo a su hija, y a ella, con su insistente presencia en la puerta de la escuela. Obviamente la “mamá”, este personaje nefastamente obstructor que está cortando la identidad y esencia de su hija se incluye como víctima y seguramente engrosa las estadísticas sobre la violencia del hombre. Es decir, según la ley, Juanca tendría el derecho al contacto con su hija así como a defenderse de tamaña agresión; sin embargo ya han pasado los seis meses y aún no tiene respuestas y lo que es peor la madre de Micaela continúa saliéndose con la suya, al prohibirle disfrutar de lindos momentos con su hija, sin recibir ningún tipo de castigo por sus tretas.

Este hecho puntual se lo puede enmarcar en frases ordinarias como “los hijos son de la madre”, como si fueran un objeto y no un sujeto que puede llegar a tener otros sentimientos, entre ellos el de amar profundamente a la otra mitad que le aporta el 50% de sus genes; “no hay nada como el amor de una madre” mostrando que el padre no existe y haciendo valer aún más la cultura machista, además de ser un mensaje tan perverso como ridículo para esos niños que han sido maltratados por ellas. Honestamente no quisiera estar en la piel de estos pequeños. Es decir, que dejemos de rasgarnos las vestiduras y comencemos a preguntarnos si estos asesinos provienen de otro planeta, o quizás de otro reino como el vegetal; hasta donde mi conciencia me dicta provienen de una madre y un padre, con hermanos, primos, tíos y abuelos que seguramente tienen que haber visto señales pero que con el silencio, o la inacción, obtuvieron este triste resultado para la sociedad.

Con estas actitudes no esperemos tener mejores resultados. Si queremos un verdadero cambio deberíamos probar con un nuevo paradigma, totalmente opuesto al actual, donde reine la verdadera igualdad de derechos y obligaciones en todos los campos. Sería interesante que comencemos por cada familia aportando conductas saludables y acordes a estos tiempos, como enseñarles a nuestros varones las tareas de la casa, a compartir con sus hermanas porque también es su responsabilidad, a cuidarse y a cuidarlas sexualmente porque un hijo no es de la chica sino de ambos, cuyo destino, esencia, identidad e intelecto es una responsabilidad compartida. Definitivamente la resolución de la cuestión pasa por un movimiento educativo dual, y profundo, en donde las luchas de poder no tienen asidero ni sentido.

Es evidente que la falta de solidaridad entre los sexos denota querer mostrar quien tiene más poder y definitivamente conduce a una guerra que seguirá trayendo más víctimas y pocas soluciones.

Por un mundo mejor

Según algunas feministas extremas el varón es naturalmente violento, y por ende debe ser castigado inmediatamente obviando la presunción de inocencia. Ante esta locura pienso ¡pobre de nuestros hijos varones! ¿Qué futuro les espera? ¡Ojo con esto! cuidado con los políticos oportunistas que pueden legislar dando el poder absoluto a un solo género, que por cierto es significado de dictadura, además de retroceder en el tiempo solo que cambiando de sexo. En este punto vuelvo a citar este ejemplo, muy equidistante de la tan ansiada igualdad de derechos y obligaciones, ¿qué sucede con la custodia compartida?, en Argentina ¡no existe!, desde el vamos es un sistema generador de violencia y arbitrario (ahora imaginemos o supongamos ¿cómo se pondría uno de nuestros hijos varones si por avales legales y/o caprichos de la ex no ve por mucho tiempo a su hijo/a, y/o nieto/a para los abuelos?).

Definitivamente necesitamos realizar mucha mea culpa y sentarnos a exponer los problemas sociales comenzando desde la niñez, liberando tensiones, que todo fluya y aprender a ser más resolutivos. Con todo lo que he expresado no significa que esté en contra de los fundamentos de esta convocatoria, lo que si estoy convencido es que si queremos hacer un mundo mejor, o más saludable, debemos (mujeres y hombres) trabajar en equipo, donde no existan jefas o jefes  sino líderes viciados de sabiduría.

Para terminar les recuerdo que suelen decir: "la vida es simple, solo la complicamos los humanos".

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