Obdulio y los ladrones

Los ladrones / canindia.com
Los ladrones / canindia.com

Como todo el mundo y su tía, mi amigo del alma vive preocupado por la seguridad de su casa. Sin embargo, me parece que el desvelo del Obdu por su hogar ya pasa de castaño oscuro.   

No sé por qué, pero tengo la ligerísima impresión de que Obdulio anda demasiado pendiente de los noticieros de televisión. Sobre todo, los de las once de la noche, que son los más cargaditos de broncas, robos y asaltos, incidentes todos que nos hacen cuestionarnos a diario cómo hemos podido sobrevivir en este Miami tan peligroso y trumpista.

Noto al Obdu particularmente obsesionado con los robos en las casas. No me extraña entonces que anoche, antes de irse de fiesta con su esposa Mayeya, haya redactado una nota que fijó en la puerta de su morada. Bueno, la puerta es morada y la morada, verde limón. En fin, la nota decía así:

Estimados ladrones:

No les aconsejo que vengan a robar aquí. Pero si acaso intentan hacerlo, me permito informarles que la casa está protegida por un sistema de alarma con cámaras, todas conectadas a la estación de policía más cercana. Tenemos además un perro muy fiero en el jardín que ataca sin previo aviso. Si lograran vencer esos obstáculos y forzar la puerta, enchapada en acero, tendrían que enfrentarse a las serpientes de cascabel que siempre dejamos sueltas dentro de la casa cuando nos ausentamos. Por si fuera poco, y amparados por la segunda enmienda de la constitución, contamos con todo un arsenal de pistolas, fusiles y abundante parque para recibirlos como se merecen: a tiros. Yo que ustedes, lo pensaba dos veces.

Atentamente,

El Dueño

Así y todo, y para sorpresa de Obdulio, los ladrones entraron en el aposento mientras Mayeya y él estaban fiesteando. Los cacos dejaron un reguero infernal, pero no se llevaron nada. Al marcharse, fijaron esta nota en la puerta morada de la morada verde limón:

Estimado Dueño:

Como puedes ver, y a pesar de tus advertencias, entramos. No tienes ni sistema de alarma, ni cámaras, ni la cabeza de un pato. Tu perro es un chihuahua que ni se enteró de nuestra presencia. Además, te robaron la plata con lo de la puerta enchapada: no es acero, sino puro aluminio, nada que un vulgar abrelatas no logre cortar. No vimos las serpientes de cascabel, pero sí dos lagartijas que salieron corriendo a esconderse en cuanto nos divisaron. Tampoco encontramos las armas de que hablas, aunque sí había dos escopetas de agua en el baño. No nos llevamos nada porque no tienes nada que valga la pena. Y ya lo pensamos dos veces: jamás volveremos por aquí. Eres más mentiroso que el Trump.

Hasta nunca,

Los Ladrones

El Obdu me confesó que jamás se había sentido tan ofendido. @mundiario 

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