Obdulio pierde su virginidad epidérmica

Nada como un buen tatuaje / clinicamenorca.com
Nada como un buen tatuaje. / clinicamenorca.com

Mi amigo tiene opiniones muy suyas con respecto a cómo ilustrarse el cuerpo en estos tiempos que corren. 

Obdulio pierde su virginidad epidérmica

Me cuenta Obdulio que hace poco fue a Miami Beach con su familia y la pasó de maravillas. Hizo un tiempo excelente, el mar estaba hecho un plato y pudo nadar a sus anchas. Y a sus estrechas también, porque en la medida que avanzó el día, la playa se fue llenando de gente y el espacio natatorio se le redujo a un par de brazadas.

Al parecer, todo el mundo estaba en la playa y al Obdu le pareció que todo el mundo, excepto él y los suyos, exhibían tatuajes en la piel expuesta al ardiente sol miamense.

Cuando regresó a su casa esa tarde, mi amigo estuvo meditando profundamente sobre las ilustraciones corporales. Cuando Obdulio era joven los únicos que se tatuaban eran los marineros y los presos. Las mujeres ni jugando se marcaban la piel. Pero los gustos han cambiado y hoy día cualquier terrícola paga $500.00 sin pestañar por un tat de medio pelo. La moda es la moda y si hay que gastarse la plata en tatuajes para lucir cool, pues que así sea.

El Obdu continuó en su profunda meditación durante el resto de la noche y al final tomó una decisión decisiva: él también tendría su tattoo. Sólo restaba hacer la correspondiente búsqueda internética para localizar un salón de prestigio, con artistas reconocidos y precios razonables. Mi amigo no estaba dispuesto a entregarle su virginidad epidérmica a cualquier pelagatos.

Una vez escogido el lugar, vino lo más importante: ¿qué se tatuaría? Hizo una larga lista de posibles diseños y de ella fue eliminando motivos polinesios, imágenes religiosas, la fecha de nacimiento de su hija, animales salvajes, el nombre de su esposa, máximas filosóficas sacadas de Facebook y frases célebres en idiomas exóticos, con faltas de ortografía incluidas. “De todas formas, no hay dios que las entienda”, se dijo.

Al final se decidió por las ocho palabras que se observan en la foto.

Cool, ¿no es cierto? @mundiario

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