Obdulio descubre trampas para turistas
A juzgar por el tema que me trae hoy, mi amigo del alma está decidido a hacerse agente de viaje, o turoperador, o algo por el estilo. Pero a lo mejor se le pasa rápido.
Obdulio viene a verme y me comenta:
-Ayer encontré en internet las veinte trampas turísticas que uno debe evitar en Europa a toda costa.
-¡Qué interesante! O sea, consejos para gringos que van de vacaciones al Viejo Continente.
-Eso.
-Y esas trampas son…
-Pues nada más y nada menos que la Torre Eiffel, la Mona Lisa en el Louvre, las góndolas de Venecia, Stonehenge, Las Ramblas, Madame Tussauds y hasta Abbey Road, entre otras.
-Naaaaaaaa, ¿Abbey Road también?
-Como lo oyes.
-¡Dime tú! ¿Te imaginas ir a París y no ver la Mona Lisa?
-¿O viajar a Barcelona y no pasearte por Las Ramblas?
-¿O evitar la cebra de Abbey Road si eres un Beatle fan?
-¿Te imaginas lo que tus amigos te van a decir?
-“¿Qué diablos fuiste a hacer a Europa si no viste ninguno de esos lugares…?”
Esa última pregunta la hicimos a coro y, a continuación, ambos nos quedamos en silencio, meditando, durante siete minutos y medio. Pero en el segundo 451 rompí el mutismo:
-¿Sabes qué, Obdu? Esa lista no es más que una promoción turística.
-¿Tú crees?
-¡Claro viejo! ¿No te das cuenta? La hacen para tentar a la gente. Es publicidad a la inversa. Como decirte que no vayas a Times Square cuando visites New York.
-O que evites el cartel famoso en Hollywood…
-O que no te subas a la Gran Muralla China…
-O que ni se te ocurra visitar Miami Beach…
-O que cuando vayas a Corea del Norte… bueno, es preferible no ir a Corea del Norte.
-No tendría mucho que contar al regreso.
-Si regresas… @mundiario