Obdulio, conspiración y campaña
Mi amigo del alma está tan metido en el Mundial de Fútbol femenino que hasta quiere introducir cambios radicales en ese deporte.
Estoy sentado a la laptop, buscando información sobre el budismo en Myanmar, cuando llega Obdulio con cara de arquero al que le han metido un penalti. Apenas se sienta a la mesa, me dispara:
-¿Qué te parece el Mundial?
-He visto varios partidos. No sé mucho de fútbol, pero me parece que las chicas lo están haciendo muy bien.
-¿Eso crees? ¡Se ve que no entiendes nada de nada!
-¿Qué dices, Obdu?
-Basta ver cinco minutos de un partido para darse cuenta de que hay una conspiración contra ciertas muchachas.
-¿Contra quiénes?
-¡Las feas, chico!
-No entiendo
-¡No hay una sola fea en esos equipos! Todas las jugadoras son bonitas, lindas, bellas.
-No me había fijado. ¿Y eso te molesta?
-¡Claro! No se puede discriminar así a las menos agraciadas. Por eso voy a empezar una campaña a partir de hoy y espero que te unas a ella.
-¿Qué campaña es ésa?
-¡Las feas también tienen derecho al fútbol! La voy a lanzar en las redes sociales.
-Me parece que estás exagerando, Obdu. Hay muchas futbolistas lindas, pero no es que todas sean aspirantes a Miss Universo precisamente. Además, la belleza es relativa. Las que a nosotros nos parecen bonitas pueden resultar un adefesio para los monjes de Taung Kalat.
-¿Qué es eso?
-Un monasterio budista en Myanmar. ¡Culturízate!
-Bueno. ¿Me apoyas en la campaña o no?
-Mmm… creo que no. Me parece algo descabellado. Además…
Mi amigo no me deja terminar. Se levanta y se va como árbitro que corre a mirar el VAR.
Lo veo alejarse a toda máquina y me quedo pensativo. Conociendo a Obdulio como lo conozco, no me extrañaría recibir una llamada suya desde el mismísimo monasterio de Taung Kalat en los próximos días. Estoy seguro que va a pedirle a los monjes que se unan a su campaña. @mundiario