Vista futura, nuevo disco de Gremio DC: Pop, resonancias techno y progresión

En 'Vista futura' hay progresión, lustre de los sesenta, recetas de grupos rompedores y una apuesta por la simplicidad aparente que eleva al pop a un estilo ingenuo, fácil, pero complejo por ese enmascaramiento.
Vista futura, nuevo disco de Gremio DC: Pop, resonancias techno y progresión

Gremio DC lleva varios años luchando por destacar como un grupo de una solvencia acústica máxima bajo la trampa, la apasionante trampa del pop.

Su último trabajo, Vista Futura, responde a una necesidad de progresar sin renunciar a discos anteriores, pero con un mayor rigor en los arreglos, con mayor unidad en los matices compositivos . Vista Futura no renuncia al pop, porque, es cierto, hay un fluir fresco, quizá más maduro y al mismo tiempo más espontáneo en este trabajo, pero esa espontaneidad, característica del género, se consigue por una apuesta ecléctica del pop al que ahora tiende Gremio DC. Hay mezclas de artistas memorables (Coldplay, Depeche Mode, Buckley, Oasis, por ejemplo), mixturas de los ochenta, del techno, de lo disco, y esa heterogeneidad acaba siendo al final una marca; comienza a intuirse que están cerca de esa impronta personal  y eso se consigue finalmente con producciones como Vista Futura.

El halo melancólico, de derrota y de frustración, que desprenden sus letras, acierta con un ritmo fugaz, sin parones, como un flujo eléctrico, donde el estribillo se graba en la cabeza. Y eso es fundamental. Hay resonancias del brit, de psicodélicas transformaciones, pero echo de menos más digresiones en Vista Futura. Eso sí. Hay un clímax, un núcleo gravitatorio, en cada canción que salva al Gremio de ser un grupo más. Atentos a “Al verme”,  “Toda la verdad” o “Te invitaré a bailar”.

En sus canciones, hay una apertura a ser propiamente ellos, pero imitando escuela, buena escuela, especialmente británica. Destaca, además, el equilibrio del conjunto, sin que una canción destaque por encima de otra. En sus letras, la frustrante incomunicación de las relaciones de pareja y esa derrota punk del futuro aplican un sentido nostálgico en la cadencia final de las melodías, declarando esa evidente pulsión personal de un grupo que agota todas las posibilidades instrumentales para que al pop-rock no le falte su vigor y que no sea condescendiente con letras triviales y azarosas, a las que no tienen acostumbrados tantos grupos en este país.

En Vista futura hay progresión, lustre de los sesenta, recetas de grupos rompedores y una apuesta por la simplicidad aparente que eleva al pop a un estilo ingenuo, fácil, pero complejo por ese enmascaramiento. Enhorabuena, Gremio DC.

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