Ningún perro merece un arrechucho

Un perro practicando el rastreo ladridos.es
Un perro practicando el rastreo. / ladridos.es

Cuando lo sacamos a pasear, el propósito fundamental de un perro no es el deleite visual del entorno, sino su inspección olfativa para obtener información.

Ningún perro merece un arrechucho

La domesticación de animales trajo consigo que pronto aprendieron órdenes básicas respecto de cuándo tenían que moverse o pararse. Los seres humanos, mientras tanto, avanzamos en el juego y las artes, en la discriminación ideológica y en las formas de hacer el mal. Los Significados inéditos de esta edición comienzan por sufrir un arrebato.

arrebatar. (de arrebatar + bata). Quitarle la bata violentamente a alguien que la lleva puesta, ya sea para estar por casa o para desempeñar su trabajo en lugares como las clínicas o laboratorios. Una persona arrebatada lo es porque ha sufrido un robo.

arrechucho. (de arre + chucho). Incitación despectiva para que un perro ande. Muchos de los que tienen perro ignoran que, cuando lo sacan a pasear con correa, el propósito fundamental del animal (al margen de realizar sus necesidades fisiológicas) no es el deleite visual del entorno, sino su inspección olfativa, para lo que necesita detenerse y pegar el hocico al suelo. Captar esa información lleva su tiempo y, en ocasiones, es tarea que impacienta a los dueños, que si tienen prisa la interrumpen con un arrechucho.

arreglar. (de arreglar + regla). Subsanar los defectos o imperfecciones de una regla. Ahora bien, ¿puede repararse una regla de perfección?

arremeter. (de arre + meter). En la conducción de mulos, caballos y asnos, meter la marcha que los incita a moverse. Para cabalgar un caballo hay, pues, que arremeter. La acción contraria, por la que se le manda parar, bien podría denominarse someter.

arribar. (de arribar + bar). Llegar un individuo a un bar. Y si fuera que hay dos, el de abajo y el de arriba, concretamente a este último.

arrobar1. (de arroba + robar). Quitar por la fuerza a alguien un objeto o mercancía de peso equivalente a 11 kg y 502 g.

arrobar2. (de arrobar + arroba). Producir el símbolo @ tal admiración que la persona que lo contempla queda embelesada. Teresa quedaba arrobada cada vez que dirigía su mirada hacia una tecla de la parte superior izquierda del ordenador.

arrojar. (de arrojar + rojo). Echar fuera a los rojos, cuando en la paleta del dictador no cabía todo el cromatismo ideológico. Terminada la Guerra Civil, Franco demostró un gran arrojo, cuya consecuencia final fue el exilio republicano.

arteria. (de arteria + arte). 1. Vena por la que, en algunas personas especialmente dotadas, corre el arte. 2. Calle de una población donde se concentran los museos, cines o teatros. Como la centenaria Gran Vía de Madrid.

artesano. (de arte + sano). Dícese del arte que no es nocivo para la salud, física o mental. Porque también hay un arte insano. En un libro titulado El tiburón de 12 millones de dólares, el economista y experto en arte contemporáneo Don Thompson desvela el entramado de intereses y estrategias de mercadotecnia que mueven el mundo de los coleccionistas, las galerías y las casas de subastas. Puede entenderse que haya quien pague una millonada por un trozo de tela pintada y firmada por van Gogh, Picasso, Klimt o Cézanne. Pero ¿qué puede hacer que un banquero multimillonario invierta 12 millones de dólares por el cadáver de un tiburón a medio descomponer metido en una pecera de dos toneladas?

asaltar. (de asaltar + altar). Tomar por la fuerza la mesa consagrada sobre la que el sacerdote celebra la misa. La acción de asaltar constituye una profanación.

ascenso. (de ascenso + censo). Subida o incremento del número de habitantes de una población registrados en el padrón municipal. El descenso reflejaría la pérdida.

ascensor. (de as + censor). Figura destacada en el ejercicio de la censura. Camilo José Cela y Dionisio Ridruejo actuaron como dos ascensores durante el franquismo. Pero fue Buero Vallejo quien escribió la Historia de una escalera.

ascua. (de ascua + asco). Brasa que da asco, asco que da la brasa.

asear. (de asear + ases). En los juegos de cartas donde los ases tienen un especial valor, y mediante alguna clase de artimaña, cargar de ases a un jugador, dejando a los otros limpios. Entonces podría decirse que perdieron por ir desaseados.

asediar. (de asediar + sed). Matar de sed a alguien para obligarle a contestar a lo que se le pregunta o a dar lo que se le pide. Hay batas de procedencia ilustre que, incluso, justifican un asedio. @mundiario

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