Las 'mujeres sabias' son las que sustentan el sistema judicial en Sierra Leona

A pesar de haber salido de una feroz guerra civil que ha destruido vidas y acabado con sistemas de gobierno, van buscando vías de solución a tanta injusticia como contemplan a diario.

Entre las noticias del día, una me llama especialmente la atención. Supongo que por deformación profesional, si bien creo que es mi intuición la que me lleva desde hace tiempo hacia todo lo que vislumbro como indefensión de los más débiles.

En Sierra Leona, a pesar de haber salido de una feroz guerra civil que ha destruido vidas y acabado con sistemas de gobierno, parece que van buscando vías de solución a tanta injusticia como contemplan a diario.

Mujeres que son consideradas como líderes en sus comunidades, debido a su imparcialidad (“Mammie Queens”, las llaman), ayudan al sistema judicial a dirimir aquellas controversias de menor entidad pero no de menor importancia, entre los habitantes de este país desgarrado. En toda la nación, tan solo hay alrededor de cien abogados titulados. Acudir a la justicia resulta caro y los Tribunales están lejos.

Ellos han decidido combinar lo mejor de los sistemas judiciales occidentales con las tradiciones ancestrales que otorgan a esas mujeres una sabia humanidad a la hora de decidir lo que es justo o no.

No me parece mala fórmula. Y no porque sean mujeres las que se conviertan en árbitros, si bien debo reconocer que me admira esa cultura ancestral que les otorga a ellas ese don. Por algo será. 

Se me ocurre que quizás este sistema funcionara entre nosotros si acudieran a él algunas de las personas más desprotegidas que yo haya visto nunca y con las que nos cruzamos a diario, casi siempre sin verlas. Miramos hacia otro lado. 

¿Se acercarían a las “Mammie Queens” los inmigrantes que carecen de asistencia sanitaria gratuita porque no tienen un trabajo que les permita legalizar su residencia? ¿Serían ellas capaces de calibrar el sufrimiento de quienes escaparon de las condiciones más indignas en busca de un futuro mejor y penalizaría a quien les privara de un médico que les atienda cuando les arde la frente de fiebre? 

¿Qué dirían las “Mammie Queens” de esos niños españoles que ya viven en el umbral de la pobreza? ¿Escucharían atentamente sus palabras de angustia por la incertidumbre que viven en sus hogares y establecerían un sistema más justo para ellos?

¿Les dirían las “Mammie Queens” a los pensionistas que no se preocupen más de ese nuevo recibo de la luz que se lleva por delante su exigua retribución de toda una vida de trabajo? ¿Les explicarían que por más que pasen sus atardeceres en penumbra nunca conseguirán reducir esa factura que les viene de vuelta cada vez más engrosada, porque lo que nadie les ha explicado es que lo que eleva el importe a pagar es la cuota fija, la que no depende de ellos? ¿Les dirían las “Mammie Queens” que ellos ya hacen bastante con suplir la labor que corresponde a no se sabe muy bien quién de acoger en sus casas a sus hijos en paro y a sus nietos, y estirar hasta lo imposible su pobre pensión para que todos puedan subsistir? ¿O les tranquilizarían asegurándoles que no tengan miedo a ponerse enfermos porque no tendrán que pagarse sus indispensables medicamentos, que ya lo han hecho durante toda una vida de puntual cumplimiento para con ese sistema que les prometía una tranquila jubilación? 

¿Qué dictaminarían las “Mammie Queens” al cruzarse con los “sin techo” que duermen en los cajeros un día sí y otro también, haya o no ciclogénesis, mientras otros disfrutamos de calefacción y  resguardo? ¿O con los enfermos dependientes a quienes sus madres asisten con la espalda rota y los años a cuestas porque esta maldita crisis se ha llevado por delante la poca ayuda que tenían? 

Yo creo que su ancestral sentido de la justicia ayudaría a que desaparecieran muchos de los abusos e injusticias que nosotros, aquí, a nuestro lado, contemplamos cada día. 

Para mí que las “Mammie Queens” invitarían a quienes tienen el poder a que protejan a los más indefensos.  Recomendaría  a quienes tienen en sus manos las vidas de estas personas que les facilitasen mecanismos para conservar su dignidad. Para mí que, a lo mejor, podemos copiar el modelo y nombrar nuestras  “Mammie Queens” para los casos más urgentes. Los que vemos cada día.