La muerte o vida de un ser humano depende de decisiones que tomas de forma intrascendente

Amanecer en A Coruña. / Mundiario
Amanecer en A Coruña. / Mundiario

En definitiva lo que quería decir, es que la vida es tan tan puñetera que podemos perderla en cualquier momento tras un cúmulo de circunstancias coincidentes en tiempo y lugar, fruto de decisiones intrascendentes que tomamos a diario, por eso, sentíos agradecidos por cada día que abrís los ojos y andáis por aquí, procurad haced el bien a todo el mundo...

La muerte o vida de un ser humano depende de decisiones que tomas de forma intrascendente

Como os ha pasado a todos alguna vez -o pasa- ahora mismo vivo con preocupación la enfermedad de alguien querido, con la confianza en la ciencia y medicina y la esperanza de una recuperación que le permita estar por aquí muchos años más; estoy preparada psicológicamente para afrontar la enfermedad porque la vida me ha dado las herramientas suficientes para hacerlo, no se trata de ser más fuerte que nadie, es simple y llanamente que aprendí como aprende otra gente (no soy rara avis) a gestionar las emociones, a saber manejarlas y afrontar con estoicismo y fortaleza la lucha y a asumir con entereza la derrota ante la Gran señora, que nos ganará a todos antes o después, pero cuanto más después sea,mejor.

Estoy preparada para la mala noticia del diagnóstico y la enfermedad, incluso de la muerte súbita por defectos no detectados o fallos orgánicos insalvables pero hay muertes para las que me reconozco aún en proceso de asimilación y son las fruto de accidente evitable, y estoy hablando de esto sentada en un momento de descanso en mi despacho a solas porque hay dos hechos concatenados en el tiempo, alejados en el espacio que me han conmocionado esta semana, el caso de Laura, la mujer fallecida en la explosión de gas en París y la caída en un pozo de extracción mal cerrado de Julen, un niño de dos años y medio en Málaga.

Y es que ocurre que la muerte o vida de un ser humano depende de decisiones que tomas de forma intrascendente, qué día salgo de excursión con la familia, qué día viajo a París con mi mujer para darle este regalo de viaje a solas, a qué hora me pongo a hacer la comida y dejo que los niños jueguen mientras hago el fuego; qué lugar del monte elijo para pasar el día, en qué hotel de los cientos que hay en París hago las reservas. Mientras se tomaban en estas decisiones se tejían los hilos del destino fatal que hicieran que un niño jugara con sus primos pegado a un pozo de extracción mal cerrado y que una mujer estuviera a la hora y minuto exacto para que la panadería de París frente a ella en ese mismo momento explotara y al onda expansiva la matara a ella, solo a ella, y su marido que estaba al lado solo sufriera rasguños.

Cada día a cada momento estamos tomando decisiones y es la toma de esas decisiones la que va marcando nuestro destino, futuro o como queramos llamarlo; a mi marido y a mí nos ocurrió algo muy curioso y que recordamos siempre:  hará unos quince años, recién llegados a vivir al barrio en el que aún vivimos decidimos ir a los cines Chaplin (ya cerrados) cercanos a nuestro domicilio y justo antes de llegar a la sala de cines, mientras caminábamos de la mano por la acera pasamos por delante de un escaparate de una tienda de zapatillas, y una vez pasada de largo la tienda decidí pararme a mirar unos precios, le frené y retrocedimos un metro para mirar el escaparate, justo entonces, una ventana de madera del mismo edificio cayó sobre la acera rompiéndose en mil pedazos donde estábamos nosotros justo hace 2 segundos. Decisiones. Me ha ocurrido otras veces que me he salvado por los pelos de accidentes que igual podrían haberme costado la vida, he visto morir a personas jóvenes por enfermedades fulminantes, por infartos inexplicables en una persona joven, accidentes incomprensibles a priori….por eso procuro vivir la vida de manera intensa consciente de que cada minuto de cada hora de tu día es único e irrepetible; no volveré, no volverás, a vivir un 16 de enero de 2019 así que vívelo a tope, con sus penas y alegrías con sus enfados y risas, pero vive.

A los que están ahora mismo en plena lucha contra la enfermedad les digo que hoy vive gente que hace años moría sin remisión, mi hija de once años es una de ellas, vive a tratamiento médico de por vida pero vive, y la ciencia avanza; es cierto que también sufrimos enfermedades que antes no había o que aumentan casos de según qué tipo de cáncer asociado a nuestra forma de vida o exposición a según qué, pero a nivel general en el primer mundo estamos preparados para enfrentarnos a ello; el camino hacia la recuperación es duro, muy duro, y hay que tener la cabeza muy fuerte para soportar lo que tu cuerpo parece no soportar, los tratamientos agresivos debilitan pero lo hacen para curar, y hay que pensar siempre en positivo y que cada dolor de hoy es parte de la recuperación del mañana.

Por eso me cabrea la cultura del no esfuerzo – aprende inglés sin esfuerzo, adelgaza sin esfuerzo por ejemplo- falacias….claro que hay que esforzarse hay que esforzarse desde que eres bebé y te pones en pié por primera vez, o aprendes a escribir o a andar en bicicleta tras caerte diez veces (o veinte) hay que esforzarse SIEMPRE, hasta incluso para no caer en provocaciones o discusiones vacías, esforzarse para ser buena madre o buena hija, esforzarse por ser cada día mejor…y esforzarse por salir de un problema de salud, porque la vida va de eso de tomar decisiones: voy a cuidarme, voy a ayudar, voy a educar, voy a curarme.

En definitiva lo que quería decir, es que la vida es tan tan puñetera que podemos perderla en cualquier momento tras un cúmulo de circunstancias coincidentes en tiempo y lugar, fruto de decisiones intrascendentes que tomamos a diario, por eso, sentíos agradecidos por cada día que abrís los ojos y andáis por aquí, procurad haced el bien a todo el mundo, porque la vida os lo devolverá multiplicado por cien, y por favor, luchad…si estáis en plena lucha para curaros de una enfermedad,luchad, porque si bien es verdad que la Vida es imprevisible, por veces injusta, por veces dura…reconozcámoslo, también es simplemente, maravillosa.

Os dejo mi frase de vida:“ Llevo la coraza de mis cicatrices cada vez más ásperas. Si vivo mucho tiempo, llegaré a ser invulnerable”.                   

No sé quien la dijo pero espero que llegue a ser invulnerable, como yo. (soy optimista, es el peor de mis defectos) @mundiario

 

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