Con la muerte de Enrique Urquijo murió el músico pero nació el mito

Enrique Urquijo -derecha- con Antonio Vega.
Enrique Urquijo -derecha- con Antonio Vega.

Enrique Urquijo, uno de los más brillantes poetas del pop español, sigue vivo en los exitosos conciertos de Los Secretos. Un éxito que desborda lo musical para entrar en la esfera de lo emocional.

Con la muerte de Enrique Urquijo murió el músico pero nació el mito

Enrique Urquijo, uno de los más brillantes poetas del pop español, sigue vivo en los exitosos conciertos de Los Secretos, Un éxito que desborda lo musical para entrar en la esfera de lo emocional.

Enrique Urquijo (Madrid 1960)  murió una noche gélida del 17 de noviembre de 1999, en un oscuro y sucio portal de la calle Espíritu Santo del céntrico barrio de Malasaña que hubiera podido protagonizar cualquiera de sus canciones, y que hoy se ha convertido en peregrinación icónica de sus fans. De hecho, suelen verse flores en sus cercanías. Murió el músico, pero había nacido el mito. Ahora sale a la luz un disco homenaje “Han llovido 15 años”, palabras que curiosamente están en la letra de la última canción que compuso: la deliciosa “Hoy la vi”.

No fue una sobredosis como suele decirse. En plena cura de desintoxicación sufrió una crisis y no solo imprudentemente le dejaron salir, sin avisar a ningún familiar ni amigo, sino que le  despidieron con las doscientas mil pesetas de entonces que había dejado de fianza. Una negligencia médica en toda regla que desencadenó un cóctel explosivo de sustancias no excesivas, sino contraindicadas. Se fue sin tener que irse, aunque hay que reconocer que muchas de sus canciones eran la crónica de un suicidio anunciado. De hecho como se afirma en la biografía Adios Tristeza, Enrique fue escribiendo su biografía a través de sus canciones. auténticos himnos a la tristeza, la mala suerte, el abandono, desgarrados cantos a la soledad, al desamor, y al refugio en el alcohol... Letras surgidas de un corazón sensible que le unían con su público como pocos artistas del pop han conseguido.

Enrique era uno de los tres Urquijos que formaron Los Secretos, pero era el más especial. Javier pronto abandonó y Alvaro era muy pequeño para tenerlo en cuenta.  Con carisma de líder y con templanza escénica, Enrique unía todo:  un enorme y varonil atractivo físico, genio compositor, estricta afinación,  lirismo, los sentimientos, la modernidad y la imagen de “chico normal”  que identificaba a Los Secretos.

La movida, fenómeno cultural significativo del último tercio del siglo XX

“La movida” de los 80 hoy se reconoce como el fenómeno cultural más importante del último tercio del siglo XX. Consecuencia artística de la transición, fue espejo del cambio y de la libertad cultural e ideológica que vivió entonces la sociedad española. Pero, sobre todo, fue un movimiento estético rupturista y musical que supuso una reacción a las convenciones de una época recién salida de la dictadura franquista.

En Historia adquieren especial relevancia aquellos hechos que marcan un antes y un después, y en la génesis de la movida madrileña ya están Los Secretos, ya que el hito fundacional se ubica en el concierto de Febrero del 80 en la Escuela de Caminos – cuyo decano era entonces el padre de Ana Torroja- celebrado en homenaje a “Canito”, batería de la banda. En la movida gallega, este inicio es bicefálico: el accidente sufrido por los miembros de Siniestro Total y el concierto de Salesianos de Vigo de 1981.

Los Secretos nada tenían que ver con la rutilancia estética de los 80 y eran ninguneados, injustamente calificados en las llamadas “guerras estéticas” como sensibleros e incluso como niños bien -que no lo eran-. Hijos de un empleado de una empresa constructora de origen vasco, vivían de alquiler en una calle secundaria del barrio de Argüelles, no tenían nada que ver con la Banca Urquijo como se corría por Madrid. No tenían el favor de la prensa y la radio, ni siquiera las compañías les hacían demasiado caso pese a que su primer LP con las inolvidables Déjame, Ojos de Perdida, Vidrio Mojado siempre figure entre las antológicas del pop español. Que fuera uno de los escasísimos discos-debut que consiguiera vender miles de copias, que en 1981 hicieran una centena de conciertos o que fueran uno de los grupos que aportaran mayor calidad técnica y vocal, era pecata minuta en el ambiente porque no aportaban otros ingredientes que eran entonces tanto o más importantes que la música: letras transgresoras, frivolidad desinhibida y una imagen impactante… Ni siquiera valoraban la gran originalidad que suponía su melancólica síntesis del country americano, pop y la new wave británica en español que conforma el mágico e inconfundible Sello Secretos que hoy tanto les identifica.

Eran chicos sencillos de aspecto normal que no estaban muy presentes en los garitos de moda, pero sí en las habitaciones de aquellos que eran tan jóvenes como ellos y oían sus canciones en el recogimiento, mientras estudiaban, compartían vivencias en bares tranquilos o cuando sufrían momentos de bajón… Acompañaban desamores, choques generacionales, amores prohibidos y fortuitos, esperanzas perdidas y encontradas, sentimientos frágiles y nostálgicos y calaron de tal forma que se convirtió en mucho más que un grupo, siempre ligado a episodios íntimos de sus vidas.

Los Secretos en los 90

Los 90 fue una gran época profesional para el grupo, pero muy dura la caída para el público con el que crecieron y que fueron tan felices en los 80. Los 90 eran ya tiempos en los que se adquirían responsabilidades, terminaba el carpe diem y sentían que se estaban convirtiendo en alguien como sus padres… La mayoría de los grupos habían desaparecido… sin embargo Los Secretos seguían ahí y sus Grandes Éxitos llegaron a vender medio millón de copias. Y no amanece, Colgado, Mala suerte, Cambio de Planes son canciones emblemáticas grabadas ya a mediados de los 90, pero que se recuerdan ex tempore como completamente ochenteras. Enrique creó un grupo paralelo, Los Problemas, para dar voz a a sus gustos más personales: rancheras, versiones intimistas de cantantes consagrados que hacía suyos, fados y temas propios. Actuaba en pequeños locales y se hacía acompañar de músicos amigos dando conciertos que hoy se recuerdan antológicos convirtiéndose en pionero de los famosos unplugged posteriores.

Sin embargo pese al éxito profesional de los 90 seguían sin tener el favor de la prensa y las discográficas…, y  Enrique caía en fuertes depresiones que le llevaban a refugiarse en las drogas como escape a sus fantasmas. Testimonios afirman que por esta razón era maltratado por directivos que eran incapaces de valorar su profunda sensibilidad. Sensibilidad que de alguna manera le llevó a la muerte antes de cumplir los 40 años esa noche fatídica.

La muerte de Enrique anticipó la separación de la banda, y los miembros comenzaron a buscar nuevos caminos. Sin un líder tan manifiesto, no sería posible su supervivencia musical, pero al contrario, fue todo un revulsivo. Sus palabras  “He muerto y he resucitado, con mis cenizas un árbol he plantado”  fueron premonitorias y la canción  “A tu lado”… que había pasado desapercibida cuando se grabó,  se convirtió en la canción con la que más se les identificaba. Y se convirtió en la frase tributo a la memoria de Enrique, pero también de la fidelidad del público a la banda. A través de las tres palabras pedían que no les dejaran, que querían seguir estando junto a ellos. Y el grupo despertó para jamás volver a caer.

Comenzaron a sonar con fuerza las antiguas canciones, se remasterizaron nuevas versiones, y Álvaro, guitarrista espléndido pero siempre a la sombra de su hermano, junto a Ramón Arroyo y Jesús Redondo tomó las riendas y hasta se detectó cierta transformación en su voz, singular e intermedia entre la de Enrique de los primeros y últimos tiempos. No solo lideró la banda con carisma y responsabilidad, sino que sorprendió componiendo nuevos temas como la maravillosa “En el bulevar de los sueños rotos”. Hoy , quince años después, su sonido sigue siendo inconfundible: el  “Sello Secretos”,  y la presencia constante de Enrique y una coherencia absoluta, hace que su vigencia sea incuestionable, convirtiéndose en el grupo más longevo de la movida.

Antonio Vega versus Enrique Urquijo

Enrique junto a Antonio Vega y Germán Coppini, hoy los tres fallecidos, forman la tríada de poetas más emblemáticos de la movida.  Germán se  apartó antes de los focos y ambientes comerciales, pero Antonio y Enrique coincidieron en el espacio y el tiempo y su muerte temprana volvió a unirles. Sin embargo Antonio poseía un aura de maldito que le reconocía como genio que le daba una protección mediática de la que carecía Enrique Urquijo y su valoración posterior no ha sido igual… De hecho en el artículo de MUNDIARIO Pocas luces y muchas sombras en el documental sobre Antonio Vega recogíamos esta circunstancia.

Sorprende que Antonio se negase colaborar en la biografía de Enrique, Adios Tristeza, ya que ambos protagonizaron uno de los duetos más sobrecogedores del pop español en la versión a duo de Desordenada Habitación y sobre todo porque Enrique jamás hizo daño a nadie- Santo Beato le llamaba Sabina- y vivía enfrascado en su mundo interior.  

Y un nuevo paralelismo en el final de ambos: Sus obras postmortem, el documental  Tu voz entre otras mil  y el libro Adios Tristeza de Bargueño  prometían ser testimonios de dos músicos brillantes  y se cebaron en la negrura y el amarillismo de las drogas.

Los Secretos son parte imprescindible de la memoria colectiva
Los Secretos son parte imprescindible de la memoria colectiva de un tiempo y de un país y siguen dejando su alma y su historia en cada concierto con nuevos y viejos temas que siguen llegando al corazón y  consiguen que su público reviva aquellas sensaciones agridulces que algún día tuvieron, cuando los sentimientos lo eran todo en la vida y que se quedaron ahí, en la memoria y en la música de Los Secretos.
A dia de hoy podría decirse que aunque parezca imposible  Enrique Urquijo no ha muerto. Así lo demuestran teatros y auditorios abarrotados y  reservas agotadas en cada comparecencia del grupo, con la presencia incorpórea pero tangible y acústica de Enrique. Un éxito que desborda lo musical para entrar en la esfera de lo emocional, y que se debe sobre todo a los profundos lazos que forjaron  Los Secretos con el público hace más de 30 años, cuando se convirtieron en parte fundamental de la banda sonora y sentimental de aquella década mítica en la que surgió la movida..
Que Enrique se fuera cuando tanto y tanto le quedaba por escribir no hizo más que afianzar esa lealtad inquebrantable que le resucita en cada acorde. Un público al que ya nunca defraudará y que siempre seguirá A su lado.

 

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