Muchos docentes y alumnos están soportando más de treinta grados en un aula

Protesta contra el calor en las aulas/ C.M.A
Protesta contra el calor en las aulas/ C.M.A

En la Comunidad Valenciana la mayor parte de los docentes está trabajando en condiciones pésimas debido a la falta de acondicionamiento de las aulas.

Muchos docentes y alumnos están soportando más de treinta grados en un aula

Desde que, en este país, la Primaria y los institutos entraron en modo de Guardería, el curso empieza a principios de septiembre. Sin aire acondicionado, con más de treinta grados fuera y dentro de las aulas, con unos horarios largos e ineficaces, docentes y alumnos trabajan como mejor pueden para cumplir con las directrices de una Administración que ningunea cada vez más a la Educación.

Nadie imagina a ningún Conseller, o asesor de Conseller, o asesor del asesor, trabajando en un despacho a más de treinta grados. Licenciados y Doctores trabajan con alumnos de Secundaria que se deshidratan, que pierden la concentración, que se abanican sin cesar, que se marean, que necesitan beber agua constantemente.

Porque, para los Conselleres, es prioritario empezar la primera semana de septiempre, porque al funcionario hay que darle caña. Que se joda. Y los institutos se convierten en guarderías y se trabaja en aulas prefabricadas y en clases sin aire acondicionado para que nadie rechiste, mientras el Conseller y sus acólitos disfrutan de sus despachos con aire acondicionado y bombona de agua a domicilio, sí, las que lleva el tío bueno del anuncio a las casas. Lo he visto yo con mis propios ojos. Son unos señoritos. Esta denuncia no es más que una denuncia simbólica de un sistema educativo que lleva muchos años a la deriva. Y sin remedio. 

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