La moda que te hace la vida más fácil: chándal ¿con tacones?

Desde hace unos años tengo una máxima en mi vida: hacerla sencilla. Así que me apunto a todo lo que me facilite el día a día, ya sea en el trabajo, en las relaciones con los amigos o en la moda. En esto, últimamente estamos de suerte.

Cerrad los ojos y visualizad a esa madre con el bolso, la mochila del niño, las cazadoras, la bolsa de la merienda y unos tacones de infarto (conste que a mí las alturas me pirran). De repente, el pequeño decide esprintar y ves a esa pobre mujer con un pie retorcido intentando pillarlo. Se me ocurre también esa chica que pierde el autobús y se pega la carrera de su vida sobre sus nuevos botines, unos que le dan 10 centímetros de altura pero poca destreza en eso del ‘running’. Para evitar estas pequeñas odiseas cotidianas tenemos las zapatillas, en todas sus versiones, formas y colores. Y encima dicen los que saben de moda que nos las podemos poner con todo. ¡Esto es un chollo! Que llevas vaqueros, perfecto; que te da por ponerte un traje, pues lo más ‘cool’ es llevar el pantalón pesquero y unas zapatillas pintonas; que llevas mini falda, estupendo; con falda midi, también, pero con tino, no vaya a ser que parezcas lo que no quieres; ni que decir tiene que al pantalón chandalero le vienen al pelo. Y éste es otro de los elementos que nos facilitan la vida. Nada de cinturas ceñidas de tejidos tiesos. ¡Viva el algodón! Mal que le pese a Karl Lagerfeld, que he leído en Telva que consideraba el chándal “un signo de derrota”. ¡Que no, que no! Que es la victoria de las comodonas.

Lo que no me acaba de convencer es eso de combinarlo con ‘stiletto’ o con sandalias de tacón. Será porque me recuerda a una tía mía que allá por los ’90 se ponía un chándal verde de ‘tactel’ con unos zapatos de tacón de color negro. Semejante despropósito quedó grabado en mi retina para siempre. Casi que esta combinación -un tanto arriesgada- se la dejo a las famosas, que ellas ya tienen un nombre; yo no quiero arruinar el mío.

Otra de las tendencias que se han dejado ver por ahí es la del moño dejando algo de pelo suelto. Ésta me tiene totalmente entregada. Eso de levantarse y cambiar el gurruño total por uno parcial… Puro amor. ¿Y el tiempo que ganamos por las mañanas? Eso sí, cuidado al ponerlo en práctica no sea que pases de chica a la moda a cuerpo resacoso recién levantado de la cama.

Y recapitulando todos los elementos mencionados aquí, me viene a la mente una imagen dudosa, así como con pantalón chandalero, tacones y moño. ¡Ojo¡ Mucho ojo con las mezclas.

 Nos vemos en IG en @victoriamaba o con el hashtag #hayvidadespuesdela38