Las medidas acordadas por Universidades para blindar el regreso a clases
El auge del coronavirus ha llevado a las autoridades universitarias a blindar el regreso a clases en momentos en que el virus se ceba sobre todo en los más jóvenes.
En la reunión del secretario general de Universidades, José Manuel Pingarrón, y una representación de los consejeros autonómicos se anunciaron las acciones de seguridad que entrarán en vigor.
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Mascarilla: Al igual que los alumnos a partir de los 6 años, los ministerios de Universidades y Sanidad han determinado que los alumnos de educación superior también tengan la norma del uso obligatorio de la mascarilla.
En los exámenes de selectividad de julio, a última hora, varias comunidades exigieron a los candidatos portar la mascarilla durante cada examen, mientras otras optaron porque se la quitasen cuando estaban sentados al distar metro y medio unos de otros.
Responsable covid: Universidades también coincide con Educación en la necesidad de contar con un responsable covid en cada una de las 83 universidades. Este representante a su vez, tendrá que coordinar a responsables covid en cada facultad. En este punto, se trata de una obligación, no una recomendación, pues emana del Ministerio de Sanidad y prevalece la autoridad frente a la autonomía universitaria.
El responsable covid de un centro, en el caso de que haya un caso, ayudará a determinar con qué personas de la comunidad universitaria ha tenido contacto estrecho. Se entiende por estrecho a la persona que ha pasado más de 15 minutos a menos de dos metros de distancia del infectado sin mascarilla desde las 48 horas antes del inicio de síntomas.
Esos contactos se someterán a una prueba PCR y, con independencia del resultado, deberán guardar cuarentena, pues pueden desarrollar la enfermedad a lo largo de esos 14 días.
Cuarentena: prevé que cualquier estudiante o profesor con síntomas debe quedarse en casa hasta que se someta a la prueba PCR. Si el resultado es positivo, la persona no podrá regresar a la Universidad hasta pasados tres días tras el fin de los síntomas, y siempre tras contar con autorización de las autoridades sanitarias.
Por otra parte, el ministerio de Castells no es partidario de que se dividan en dos los grupos para seguir impartiendo las clases presenciales con metro y medio de separación. El presidente de los rectores, José Carlos Villamandos, calcula que para una clase con 100 alumnos necesitarían en la Universidad de Córdoba una sala concebida para acoger a 400. En su caso, han habilitado hasta una capilla desacralizada para impartir clase. “El desdoble implicaría una sobrecarga inasumible para el profesorado”, subraya el documento ministerial. @mundiario
