Medicamentos dispensados en servicios de farmacia de hospitales, afectados por el copago

Medicamentos y copago
Medicamentos y copago van cada vez más de la mano en España.

Sanidad articula la puesta en marcha de un nuevo copago, el hospitalario, que afecta a pacientes que en su mayoría sufren enfermedades crónicas y graves como hepatitis, cáncer, esclerosis múltiple...

Medicamentos dispensados en servicios de farmacia de hospitales, afectados por el copago

El jueves 19 de septiembre se publicó la Resolución de 10 de septiembre de 2013, de la Dirección General de la Cartera Básica de Servicios del Sistema Nacional de Salud y Farmacia, por la que se procede a modificar las condiciones de financiación de medicamentos incluidos en la prestación farmacéutica del Sistema Nacional de Salud mediante la asignación de aportación del usuario.

Medida que me sorprendió, ya que el pasado miércoles 18 de septiembre, la ministra de sanidad compareció en el Congreso de los Diputados, y no hizo mención alguna al copago hospitalario incluido en la Resolución del 10 de septiembre de 2013, que se publicó el 19 de septiembre en el BOE, tan solo unas horas más tarde de su comparecencia.

Esta resolución obliga a que los  medicamentos con reservas singulares consistentes en limitar su dispensación a los pacientes no hospitalizados en los servicios de farmacia de los hospitales, quedan sometidos a aportación económica por parte del paciente, siendo esta de un 10 % hasta un máximo de 4,20 euros por envase. Es decir, los medicamentos que los pacientes no hospitalizados recogen en los servicios de farmacia de los hospitales pasan a estar afectados por el copago.

El Ministerio de Sanidad acaba de articular la puesta en marcha de un nuevo copago, el hospitalario, que afecta a pacientes que en su mayoría sufren enfermedades crónicas y graves como hepatitis, cáncer, esclerosis múltiple y otras.

No alcanzo a comprender que se busca con el copago hospitalario, ¿recaudación, disuasión, ambas?, ya que como ocurre en toda enfermedad, el paciente no elige estar enfermo, y por supuesto no es la intención del paciente acumular medicamentos en sus domicilios, y sin embargo el paciente necesita utilizar los medicamentos prescritos por su médico, por ello las autoridades sanitarias no debieran establecer medidas encaminadas a disuadir al paciente de la utilización de su medicación.

Los medicamentos no son gratuitos, la sanidad española  y por tanto la prestación farmacéutica, se financia a través de los impuestos directos e indirectos de todos los ciudadanos.¿Para qué entonces una medida recaudatoria?

No me opongo a medidas de racionalización del gasto público en medicamentos, siempre y cuando se garantice la sostenibilidad de la farmacia española,  pero si me manifiesto en contra de medidas como el copago cuyo fin es disuadir al paciente para que no retire medicamentos que le han sido prescritos. Copago en medicamentos, que desde el 1 de julio de 2012 está implantado en la farmacia comunitaria, y que ahora continúa su camino afectando a la farmacia hospitalaria.

Una vez más el perjudicado será el paciente, especialmente sensible a causa de la patología que padece, aquel que ha de retirar su medicación en la farmacia de hospital

El copago o repago, no es más que un impuesto sobre la enfermedad, que como siempre afecta a las personas económicamente más desfavorecidas. Lo hemos visto ya los farmacéuticos que desarrollamos nuestra labor en farmacia comunitaria, a lo largo de este primer año de copago, y estoy segura de que desgraciadamente veremos como el copago hospitalario es una medida igual de injusta, con un claro efecto disuasorio. Ojalá me equivoque, ojalá... como dice la canción de Silvio Rodríguez.

Un coste en salud
Todas estas decisiones que se van tomando afectan y tendrán necesariamente un coste en salud, en la salud de las personas, ya que los farmacéuticos comunitarios todos los días vemos que hay pacientes que dejan medicamentos prescritos por sus médicos sin retirar en las oficinas de farmacia, en base a una decisión estrictamente económica perdiendo de esta manera la adherencia a sus tratamientos, que cuanto más crónico es el paciente más se lesiona.
Como farmacéutica y como profesional sanitaria todo esto me preocupa , y por eso pido que se nos muestren por parte de las autoridades sanitarias no sólo los datos de “ahorro” económico, sino los datos de los efectos que en la salud de las personas tienen todas las medidas implantadas, a las que se acaba de sumar el copago hospitalario.

 

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