Los mayores también son Personas Altamente Sensibles

El envejecimiento de la población es un fenómeno bien conocido en nuestros días, la esperanza de vida cada vez es mayor en nuestro país. En cambio, la concepción que tiene la gente sobre la calidad de vida en esta etapa es bastante errónea cuando suponen que la etapa de madurez va asociada necesariamente a enfermedad, incapacidad, deterioro intelectual y padecimientos físicos o psíquicos. Es importante tener en cuenta que se trata de falsas creencias, para que no se convierta en una profecía autocumplida en la vida de muchas personas. El profesional que vaya a atender a nuestros mayores ha de procurar tener una visión realista de la vejez, ya sea psicólogo, coach, médico, fisioterapeuta, etc.

Nuestros mayores merecen un trato personal en atención a sus necesidades por parte de los especialistas y de la sociedad en general. Para ello es necesario que se tengan en cuenta las particularidades que conciernen a condiciones de la vida, tales como la personalidad, el afecto y otras variables psicológicas.

Atendiendo a la personalidad del mayor es fundamental explorar si se trata de una persona altamente sensible (PAS), rasgo asociado al proceso del pensamiento y a las emociones. Dos de los más importantes aspectos del funcionamiento del mayor son su mundo interior y sus emociones. Poner el foco en el fomento de los pensamientos optimistas y en las emociones positivas, es la clave para facilitar a la persona mayor PAS una vida plena y llena de felicidad.

El desarrollo de cada persona se fundamenta en unas bases biológicas, físicas y psicológicas, pero inevitablemente siempre está en un contexto social y cultural, que es el que permite culminar con éxito una etapa de la vida de la PAS. Es fácil conseguir un óptimo envejecimiento si se tiene en cuenta su propia y genuina manera de estar en el mundo, su forma de sentir cada estímulo y su peculiar estilo de socializar.

En otras palabras, las PAS durante la etapa de madurez (como en cualquier etapa de la vida) son el fruto de las complejas interacciones entre su organismo (físico y psique), las condiciones históricas en las que ha vivido y sus circunstancias actuales. El presente de una PAS explica parte del comportamiento, tanto en la manera en que expresa su rasgo altamente sensible, como a nivel adaptativo al entorno que le rodea.

Hagamos que el entorno de los mayores altamente sensibles se aproxime a un envejecimiento activo y saludable. Vamos a respetar a la generación que más ha aportado, al menos más tiempo lleva aportando lo mejor de sí a la sociedad. El mayor PAS ha nacido, crecido y ha sido educado en circunstancias históricas específicas. Probablemente ha descubierto muchas cosas de sí mismo recientemente, a estas alturas comprende por qué necesita más tiempo para realizar determinadas actividades, más tiempo para pensar o más tiempo de privacidad, y no tiene que ver con la edad. Siempre lo ha necesitado por naturaleza.

Debemos desprendernos de los prejuicios sobre los mayores y fomentar un entrenamiento en hábitos saludables personalizados. El respeto comienza en uno mismo, debes permitirte ser cómo eres para dar ejemplo a los demás sobre qué necesitas. Ser PAS es algo bueno, saludable, positivo y lo aceptas te vas a sentir mejor, además de enseñar a los demás cómo deben tratarte. @mundiario