María Castro, colaboradora de MUNDIARIO, homenajeada en el Día da Muller Traballadora

María Castro.
María Castro.

El Ayuntamiento de Santiago, con motivo del Día da Muller Traballadora, rinde homenaje a tres compostelanas que llevan adelante, con gran esfuerzo y generosidad, proyectos de solidaridad.

María Castro, colaboradora de MUNDIARIO, homenajeada en el Día da Muller Traballadora

El Ayuntamiento de Santiago, con motivo del Día da Muller Traballadora, rinde homenaje este viernes a tres mujeres de Santiago que llevan adelante, con gran esfuerzo y generosidad, proyectos de solidaridad a favor de quien más lo necesita. Una de ellas es María Castro, colaboradora de MUNDIARIO.

Hablar de María es fácil porque sus obras la definen. Decir que María es una persona esencialmente buena, con una generosidad sin límites, y una inteligencia y pragmatismo que hacen realidad lo imposible, es una obviedad para quienes la conocemos.

Ella impulsa desde el año 2009, juntamente con el rector del Convento de Hermanos Franciscanos de Santiago, Fray Paco Castro -¿quién no conoce a este joven fraile franciscano que ha hecho de los más débiles su causa?-, la Campaña solidaria Juntos Podemos, que, día tras día, da una respuesta generosa y eficaz a cuanto problema llama a sus puertas: madres sin recursos, familias sin hogar, niños sin la más esencial ropa de abrigo ... Y, como eje permanente alrededor del cual gira todo su esfuerzo, punto de partida y de llegada, pilar de su solidaridad, el Albergue Juan XXIII, único existente en la ciudad para los sin techo. Aquellos que tienen nombre aunque acabemos llamándoles por el más injusto.

Un día pregunté a Paco Castro qué podía hacer yo por Juntos Podemos, y él, desde la humildad que le caracteriza, me respondió: “¿Qué es Juntos Podemos? Juntos Podemos eres tú, soy yo, es María, es todo el que se acerca y echa una mano...”.

He comprobado personalmente qué ciertas eran esas palabras. Traspasar el umbral del Albergue es llenarte de sonrisas amigas, manos que vuelan curando heridas o descifrando papeles, cola cao caliente para quien ha dormido en un cajero, talleres de esfuerzo diario para salir adelante... 

Pero si bien es cierto que Juntos Podemos somos todos los que queramos serlo, la verdad es que sin el impulso y la labor infatigable de María y de Paco Castro no existiría. De ello damos fe sus amigos y conocidos, cuando a cualquier hora del día recibimos un whatsapp o un correo movilizándonos para prestar la ayuda que podamos a quien en ese momento la necesita: unos vaqueros para la gente que vive en la calle y necesita ropa resistente que le permita sobrevivir a las inclemencias del tiempo, un simple asesoramiento profesional -médico, asistente social, dentista, peluquera, abogados ..., comparten gratuitamente un poco de su tiempo a favor de los que nada tienen-, comprar entre varios esa bombona de butano que lleve algo de calor a un hogar, el plumífero de tu hija para abrigar el frio de esa niña cuyos padres están en el paro, la vivienda que un empresario cede como hogar a una familia sin recursos ...

Eso es Juntos Podemos. Y ésa es María, con su eterna sonrisa, su generosidad, su empuje. Nada se le pone por delante. María lleva a cabo todo aquello que no debería corresponderle en una sociedad avanzada como la nuestra, pero que ella misma se impone como ser humano solidario y empático cuando las necesidades no son cubiertas desde otras instancias.

Este viernes, día 7, desde las 16,00 h hasta las 24,00 h organizan uno de tantos actos en el que, quienes queramos, podemos aportar nuestro grano de arena. Es un rastro de buenos libros y una larga miscelánea solidaria que nace de esa cabeza infatigable de María que no para de idear proyectos para ayudar a los más débiles. Es en la Fundación Araguaney, en Santiago. Toda una tarde para acercarse siquiera a conocerles. Vale la pena.

Yo invito, además, a quien me lea, a que se acerque un día al Albergue Juan XXIII, que dirige Fray Paco Castro. El os acogerá con una sonrisa, y, de inmediato, con gran naturalidad, os acercará al otro lado de la vida, ése que nadie hoy día puede ya ignorar. Os puedo asegurar que pasar ese umbral da una verdadera dimensión de la sociedad actual, de hasta qué punto ha cambiado el perfil del necesitado. Tú, yo, cualquiera.

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