El maestro ha dejado de ser el que todo lo sabe, ahora acompaña y guía al alumno

El Clot, otra forma de enseñar.
El Clot, otra forma de enseñar.

Han tirado tabiques y tarimas y en las clases priman los proyectos y el trabajo en equipo. Así se enseña sin asignaturas, sin libros de texto y sin exámenes.

El maestro ha dejado de ser el que todo lo sabe, ahora acompaña y guía al alumno

Han tirado tabiques y tarimas y en las clases priman los proyectos y el trabajo en equipo. Así se enseña sin asignaturas, sin libros de texto y sin exámenes.

En el colegio católico concertado de El Clot, antiguo centro de reunión de los trabajadores de la metalurgia durante los años 70 en Barcelona, los curas hicieron la revolución el pasado mes de septiembre. Se cargaron los libros de texto, la semana de exámenes finales y el tradicional esquema de asignaturas, derribaron tabiques y tiraron a la basura las tarimas. Los viejos pupitres de color verde pálido fueron reemplazados por sillones "chill out"...

Modernizaron todo, hasta los crucifijos, ahora son de una sencilla madera nórdica y ha desaparecido de ellos la figura del Cristo agonizante. Se encontraron con que habían instaurado en las aulas una especie de teología de la liberación (más bien habría que llamarla pedagogía de la liberación), con un aprendizaje basado en el trabajo cooperativo que huye de verdades absolutas y plantea preguntas abiertas en un barrio de inmigrantes y familias humildes.

Trabajo en equipo

Los maestros no mandan callar cuando el ruido es frecuente en las aulas. "Si estuvieran en silencio, no habría trabajo en equipo", explica Jordi López, uno de los tres profesores que tienen los 43 alumnos de 5º de primaria B.

A su espalda, cuatro niños de 10 y 11 años consultan el portátil subidos a una grada, mientras otros tres ponen pegamento en una cartulina desplegada en una mesa circular y dos más diseñan un coche teledirigido repantingados en un sillón. Se sientan como quieren, "se autogestionan". Es una clase, pero todo el mundo dice que aquello parece Silicon Valley.

Con las ideas renovadoras del Papa Francisco los jesuitas han emprendido un cambio radical en Cataluña, el nuevo método pedagógico se ha puesto en marcha este curso de forma piloto en tres centros concertados (dos en Barcelona y uno en Lérida), pero la intención es ampliarlo en los próximos cinco años a los otros cinco colegios que tienen en la comunidad autónoma. En total, la reforma afectará a 13.000 estudiantes. Clases de 120 metros cuadrados con paredes y puertas transparentes, lucernarios y despachos integrados en el mismo espacio, todo es diáfano, de colores alegres y hay gradas y pufs donde los críos pueden trabajar o escuchar una explicación.

Las mesas están agrupadas de cuatro en cuatro, donde antes había un profesor por grupo, ahora hay tres. "El seguimiento de los alumnos es mucho más exhaustivo,observamos en cada momento cómo se relacionan y trabajan", dice López. Eso sí, "el maestro ha dejado de ser la figura del que todo lo sabe, y ahora es el que acompaña y guía al alumno".

"Queremos que el estudiante sea el protagonista del aprendizaje". ¿Cómo lo logran? A partir de los proyectos. Los exámenes han desaparecido en el sentido de instrumentos de evaluación, ahora los exámenes representan como mucho el 20% de la calificación final y el resto procede de la evaluación diaria a partir de los trabajos individuales y de equipo.

¿Tienen futuro los exámenes?

Otro mensaje claro: "Los exámenes no van a servir para nada en el futuro". "El sistema de oposiciones tiene los días contados, el mundo va a ser más complejo y se van a necesitar personas que sean capaces de relacionarse y comunicarse, que sean competentes, comprensivas, conscientes y comprometidas", sostiene Menéndez.

Algunos niños dicen que volverían al sistema anterior porque les resulta "complicado" trabajar en equipo, otros confiesan que sus hermanos mayores les chinchan diciéndoles que su colegio "es un chiquipark donde no se aprende nada", pero la mayoría está muy contenta y dicen que se esfuerzan y trabajan más que antes, lo mismo opinan los profesores y los padres.

Es una de las reformas educativas más radicales que hace un país, en mi opinión es como "considerar que un plato de diseño puede sustituir a la cocina mediterránea, este tipo de recetas tán modernas solo alimenta la anorexia intelectual".

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