¿Está la lucha feminista en peligro de convertirse solo en arma política?

Trabajo de una niña de 5 años sobre Concepción Arenal y Clara Campoamor.
Trabajo de una niña de 5 años sobre Concepción Arenal y Clara Campoamor.

La mujer española ya ha logrado igualdad de derechos. Aquella lucha que iniciaron Emilia Pardo Bazán, Clara Campoamor, Concepción Arenal o Federica Montseny ha conseguido que no queden leyes discriminatorias.

¿Está la lucha feminista en peligro de convertirse solo en arma política?

Hoy en día la mujer tiene acceso a la universidad, a cualquier trabajo, incluso de policía, militar o minero donde la fuerza física siempre se consideró necesaria, al aborto, al divorcio, al matrimonio entre ellas, a inseminarse, a adoptar, y a cualquier cosa sin discriminación alguna. Ya hay mujeres en puestos claves, desde líderes políticos hasta presidentas de banco o científicas. En la universidad hay más mujeres que hombres y ellas eligen libremente sus carreras. Están copando la mayoría de puestos en sectores como sanidad o judicatura porque lo eligen así mientas que en otros sectores todavía no la hay pero puede llegar a haberla. Solo es un tema vocacional.

Cierto que todavía no están en mayoría en los tribunales de justicia o en los consejos de administración porque sus miembros son cargos a los que se accede siendo mayores y cumpliendo requisitos de experiencia de treinta años más o menos, por lo tanto son de épocas donde en la universidad los hombres eran mayoría pero nadie duda ya que esto se dará la vuelta.. Para seguir esta lucha que algunos partidos políticos han utilizado como bandera apropiándose de la exclusiva, se ha puesto en marcha la discriminación positiva, algo que aún no encajando bien en la Constitución, todos han dejado correr como una forma de expiar culpas pasadas y también por la violencia machista que por muy pequeña que sea en comparación con los demás países, sigue siendo siempre excesiva y deja en toda la sociedad un sentimiento de culpa por no haber hecho lo suficiente.

Quizás ha llegado el momento en que accedan a los puestos las personas más capacitadas sean hombres o mujeres porque obligar a un cupo paritario en consejos de administración o cargos políticos que requieren formación y experiencia es temerario cuando hace 20 años a la Universidad Politécnica accedía solo un 5, 10 o 15% de mujeres sin que nada se lo impidiera. Es lógico que la paridad se alcance poco a poco y por méritos para evitar que puestos clave se den a gente joven e inexperta solo por razones electorales. Hay partidos que entienden por progresismo no respetar la voluntad de otras mujeres que son tradicionales y entienden el feminismo de otra manera. De aquellas que quieren ser madres y dedicar tiempo a sus hijos mientras puedan o que deseen tener más hijos. Esas mujeres no deberían ser tratadas como seres inferiores ahora que cada una elige su destino  excepto el del maltrato que se debe seguir persiguiendo e incluso incluir en la protección a niños y ancianos que viven en el hogar y por alguna razón hay quienes se niegan en ver en esto un problema cuando las cifras son horrorosas.

No se trata de abandonar la vigilancia para que la igualdad de oportunidades sea efectiva y no teórica porque es necesario estar atentos como lo será cuando el patriarcado sea sustituido por el matriarcado como sucedía en los orígenes de la sociedad y la familia según decían Karl Marx y Friedrich Engels, cuando era el hombre el que tenía que defender sus derechos. Quizás estamos ya en disposición para dejar que la sociedad elija los mejores para cada puesto sin importar raza, religión o sexo. Haber llegado aquí es algo que no se debe malograr por una utilización partidista del movimiento feminista, el que nació liberal y acabó escorado a la izquierda, no social sino política. Puede que estemos en el momento de poner protección a la familia y ayudas a los hijos para que no sean un inconveniente para los padres , algo que muchos países europeos pusieron en práctica hace décadas defendiendo incluso al amo o ama de casa que elige serlo libremente (somos el país donde esto menos sucede).

Y también puede ser el momento de que el feminismo no se disuelva y luche activamente por los derechos de mujeres que en otros países están muy lejos de alcanzar derechos que rocen su dignidad como ser humano. Nada menos que en 155 países las mujeres sufren por serlo. Quizás esto no lo pueda decir un partido político que haya utilizado el feminismo como arma contra sus rivales, pero son hechos de curso imparables. @mundiario

 

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