Los palabros feministas: aliado

Retrato de un hombre. / Pixabay
Retrato de un hombre. / Pixabay
A veces resulta complicado entender cuál es el papel de los hombres en la lucha feminista. En este artículo se aclara y define qué es eso de ser “aliado”.
Los palabros feministas: aliado

El feminismo trae una pregunta consigo: ¿... y los hombres? Bien, nos encontramos con un hecho objetivo y es que todos tenemos que tener un nivel de compromiso con el feminismo, puesto que todos formamos parte de la sociedad. Por eso, la verdadera pregunta tal vez sea cuál es el papel de hombres y mujeres en la causa.

Esta clase de debate se intensifica en la víspera de concentraciones feministas como el 8M, ya que la tensión se incrementa al conocer que algunas manifestaciones no son mixtas. Muchas activistas se niegan a la participación masculina en eventos feministas porque se trata de una lucha en la que las protagonistas son las mujeres y sus reivindicaciones.

Entonces, volvemos al principio: ¿... y los hombres?

A los hombres concienciados con el feminismo no se les denomina feministas, sino aliados. Esto se debe a que la lucha no es masculina, sino femenina y, por ello, más que integrantes del movimiento son simpatizantes.

Quiero hacer dos aclaraciones:

1. La importancia del vocabulario. A menudo veo a muchos usuarios de las redes sociales quejándose del vocabulario: ¿qué más da aliado o feminista? ¿Qué más da feminismo que igualismo? Sin embargo, da. Cuando se habla de fenómenos sociales, es muy importante la terminología para definir en qué situación se encuentra cada sujeto. Aliado implica que estás concienciado con una causa en la que no eres el afectado principal. Feminismo implica el empoderamiento de la mujer. El lenguaje es importante.

2. En ocasiones, tengo la sensación de que el rechazo masculino hacia su denominación como aliados está provocado porque, al no ser reconocidos como feministas, consideran que su papel es menos importante o que los estamos dejando de lado. Sin embargo, esto no es real. De verdad que no lo es. La concienciación de la otra mitad de la población no es un adorno, sino una necesidad.
Entiendo lo complicado que puede ser empatizar con situaciones que jamás se han experimentado y entiendo el doble esfuerzo de deconstrucción que necesita un hombre para entender la situación social femenina. La etiqueta de aliado no resta importancia a este trabajo personal.

Retomando lo de antes, las reuniones no mixtas son necesarias porque en ellas se establece un diálogo entre dos sujetos en una misma situación social. Y no debería ser preocupante para nadie, a menos que absolutamente todas las reuniones fuesen no mixtas, lo cual sería un despropósito porque se nos quedaría una sociedad un poco coja en materia de género. 

Para terminar, me voy a poner en una situación casi idílica: si un hombre viniese a pedirme consejo para introducirse en el feminismo, ¿qué le diría yo? Me estoy haciendo un poco la interesante, porque, en realidad, lo tengo muy claro: mi respuesta sería que escuchase a las mujeres; a las mujeres de su alrededor, a su hija, a su sobrina, a las mujeres negras, a las mujeres blancas, … a todas. Que escuche activamente, queriendo entender, no pretendiendo refutar. Ese es el consejo que doy sin que nadie me lo haya pedido. @mundiario

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