D.E.P., Pececito

Tu mundo se ha desplomado, el de él también. Llueve y duele más que nunca. Te lo han arrebatado. Sin motivo alguno, puesto que no lo hay, ni lo habrá jamás. Porqué la maldad existe y los monstruos atacan a seres inocentes.
Hoy llueve, hoy duele.
La esperanza se había ido difuminando día tras día. A la espera de que él apareciera, deseando que allá donde fuera que estuviera... estuviera bien. Que si alguien te quitó lo que más amabas, te lo devolvieran pronto, sano y salvo. Era lo único que pedías a cambio de la angustia que llevabas viviendo desde que desapareció. Angustia, miedo, tristeza, dolor, mucho dolor, que golpeaba más fuerte a cada minuto. Cada día se convertía en una pesadilla que nunca parecía terminar. Los días eran demasiado largos desde que no estaba él. Su ausencia dolía demasiado y necesitabas respuestas. Pero lo que más necesitabas era verle aparecer.
Hoy podía haber sido el día. El día en el que recibieras la noticia que deseabas. Sin embargo ha sido el día en que anuncian lo que tanto temías. Lo que una madre jamás querría tener que vivir. Y es entonces cuando el enorme estruendo de la tormenta golpea fuerte contra ti, arrancándote todo lo que tenías; todo lo que querías.
Tu mundo se ha desplomado, el de él también. Llueve y duele más que nunca. Te lo han arrebatado. Sin motivo alguno, puesto que no lo hay, ni lo habrá jamás. Porqué la maldad existe y los monstruos atacan a seres inocentes. Y esto es tan injusto como incomprensible, intolerante e imprevisible.
¿En qué se esta convirtiendo el ser humano? ¿Quién decide lo que vale una vida?
La vida golpea demasiado fuerte con sucesos que escapan a la razón. Por desgracia, suceden con frecuencia dejando miles de corazones rotos.
Corazones que no se vuelven a reparar.
Hoy llueve, hoy duele. @mundiario