Cómo limpiar una lámpara de techo

Una lámpara. / todolampara.com
Limpiando la lámpara. / todolampara.com

Obdulio se ha percatado de que, en estos tiempos, lo que uno no encuentre en cierto socorrido sitio internético que todos conocemos, es porque no existe. Así de sencillo. / Relato literario

Cómo limpiar una lámpara de techo

Me cuenta mi amigo del alma que hace poco aceptó la invitación de su esposa Mayeya a limpiar la lámpara de la sala de su casa. La luminaria en cuestión no se limpiaba desde el período cretáceo, de modo que la invitación de Mayeya fue más bien una orden que Obdulio tuvo que aceptar como quien tiene que sacarse una muela. Pero, avispado como es mi amigo, enseguida le informó a su cónyuge que lo haría de acuerdo con las normas contemporáneas vigentes. Y, sin dudarlo un segundo, se dirigió a un muy socorrido sitio web que todos conocemos y, una vez en él, tecleó “¿Cómo se limpia una lámpara de techo?”

Su primer gran problema fue elegir entre los tres mil cuatrocientos veintisiete vídeos que ofrecen orientaciones y consejos sobre aseo de luminarias. Luego de dos horas de indecisión, optó por lo que a cualquier otro ser normal se le ocurriría en primera instancia: abrir el que más “hits” tenga. Obdulio escogió uno que acumulaba setecientas cincuenta y seis mil visitas. En el vídeo de marras, una joven muy simpática y sonriente instruía a los internautas de esta forma:

“Hola amigos, soy Lola de Miami y les voy a enseñar cómo limpiar una lámpara de techo de la manera más rápida y sencilla. ¡Es muy divertido! Yo lo hago todos los días y la paso de maravillas. ¿Listos? ¡Allá vamos! Lo primero es calcular la altura a que se encuentra la luminaria. De eso depende el tamaño de escalera que utilicemos. Porque no pretenderá usted subirse a una silla para llegar a una lámpara colgada a tres metros del suelo, ¡por favor! Una vez determinado el tipo de escalera, sitúela debajo de la lámpara. Asegúrese de que tenga las patas bien abiertas. Usted no, la escalera. Comience entonces a subir con cuidado, no se vaya a caer. Recuerde que, si se despetronca, su seguro médico quizás no le cubra el accidente. Una vez que la luminaria esté a su alcance, desenrosque el bombillo. Cerciórese primero de que esté apagado, recuerde lo del seguro médico. Ponga el bombillo sobre el tope de la escalera, pero no lo pierda de vista. Los bombillos sueltos tienden a lanzarse al vacío ellos solitos cuando uno menos se lo espera. Jejejejejeje. Agarre ahora la pantalla con la mano izquierda y, con la derecha, desenrosque la tuerca plástica que la sujeta al socket. Si usted es zurdo, hágalo con la mano contraria. Con mucho cuidado, retire la pantalla, baje la escalera con más cuidado aún y lave la pantalla con agua y jabón. Seque la pantalla con un trapo cualquiera y regrese a la escalera. Suba de nuevo, pero con extrema cautela esta vez. No olvide que el bombillo lo espera en la cima. Repita los pasos del principio, pero a la inversa. Recuerde, lo último que tiene que colocar es el bombillo, si es que antes no se le cayó y se hizo trizas. Jejejejejeje. ¿Ya? ¡Listo! ¡Ahí tiene su lámpara, más brillante que la de Aladino! ¿No fue divertido? Y, encima de eso, sin accidentes. Soy Lola de Miami y los invito a que vea mi nuevo vídeo sobre cómo lavar ropa sin agua ni jabón. ¡Divertidísimo!”

Mi amigo cree que, en efecto, es muy divertido. Pero no lo va a intentar por nada del mundo. Ya le dijo a Mayeya que se buscara a un profesional que le hiciera el trabajito.

Es que, me confiesa el Obdu, si se despetronca, el seguro médico quizás no le cubra el accidente.

Y eso sí que va a ser divertido. @mundiario

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