Cómo los líderes de los cultos explotan una necesidad psicológica básica

Charles Manson. / RRSS
Charles Manson. / RRSS

Charles Manson atrajo a un círculo de hombres y mujeres para cumplir con sus órdenes, que incluyeron una serie de asesinatos a fines de la década de 1960.

Cómo los líderes de los cultos explotan una necesidad psicológica básica

Charles Manson, quien murió el pasado 19 de noviembre, es sin duda una figura fascinante con una historia de vida complicada. Mucho se ha dicho sobre él, y mucho más se dirá en el futuro, pero lo que interesa a los investigadores de la cognición humana son sus seguidores: miembros de la "familia" Manson, como Susan Atkins y Patricia Krenwinkel, y cómo estos se sienten atraídos por los líderes de las organizaciones de culto en primer lugar.

Los expertos están de acuerdo en que la comodidad emocional es fundamental para el fuerte atractivo que generan los cultos. Se asegura que las personas se sienten atraídas por las sectas debido al anhelo humano por la comodidad, el cual nos lleva a buscar personas o cosas que puedan calmar nuestros temores y ansiedades. En sí mismo, el impulso de silenciar demonios internos no es un rasgo negativo. Por el contrario, es una adaptación efectiva que nos permite hacer frente a los factores de estrés, grandes y pequeños, que nos bombardean con regularidad.

Sin embargo, los líderes de los cultos satisfacen esta necesidad haciendo promesas que son prácticamente inalcanzables, y que típicamente no se encuentran en ningún otro lugar de la sociedad. Esto podría incluir seguridad financiera completa, paz mental constante, salud perfecta, y hasta vida eterna. Más allá de explotar el deseo humano de confort emocional, los líderes de los cultos no siempre tienen las mejores intenciones cuando se trata de la salud mental de sus seguidores.

Los líderes de cultos emplean técnicas de control mental y conductual que se centran en cortar las conexiones de los seguidores con el mundo exterior. Estos métodos en realidad pueden profundizar las inseguridades emocionales existentes de los miembros, al tiempo que los alientan a depender por completo de su culto para todas sus necesidades físicas y emocionales. El aislamiento físico y psicológico de estas personas exacerba muchos de los problemas, como la ansiedad y la depresión, que son precisamente los que las atraen al culto en primer lugar.

Entonces, ¿cómo puede uno enfrentar sus miedos, pero evitar el peligro potencial de los grupos de culto? En una palabra: racionalidad. Buscar soluciones basadas en la razón para las condiciones centradas en la emoción no es de ninguna manera un concepto nuevo. Desafortunadamente, la racionalidad no es tan intuitivamente atractiva como sí lo son los remedios que explotan nuestros antojos sentimentales. @mundiario

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