Doble crisis para el mundo del libro: la económica y la del sector de la edición

Un librería.
Un librería.

Cada vez hay más modelos de librerías diferentes, que quieren respirar de manera diferente las unas de las otras: hacer de ellas un espacio único, explica este especialista.

Doble crisis para el mundo del libro: la económica y la del sector de la edición

A mi modo de ver, una ciudad no es una ciudad sin una librería. Puede llamarse a sí misma ciudad, pero a menos que tenga una librería no engaña a un alma.

Neil Gaiman.

Cada vez hay más modelos de librerías diferentes, que quieren respirar de manera diferente las unas de las otras: hacer de ellas un espacio único, explica este especialista.

El libro navega en un mar de dudas, difícil y tempestuoso. Con una doble crisis, la económica y la del sector de la edición; hemos visto y leído como han cerrado muchas librerías por causa de este problema. Las librerías tradicionales están pasando un bache de ventas, el año pasado se vendió un 10% menos y es que los clientes van cambiando su manera de leer, que ha ido evolucionando. Estamos ante una nueva era, de lectura y de lectores. 

Internet ha cambiando la manera de leer, al igual que la manera de relacionarnos. Hay miles de blogs de crítica literaria, en los que con el boca a boca o mejor dicho, face a face y tweet a tweet, nos enteramos de las novedades literarias, así como de los libros, que mejores críticas tienen, es una nueva manera de prescribir, de recomendar la lectura que más nos ha gustado, para mi una manera mucho más fría, porque el calor del librero nunca lo traspasará una pantalla. 

Es un momento muy convulso, donde  se encuentran librerías y libreros, que luchan día a día, por salir airosos de esta situación. No paramos de oír que los libreros y librerías deben reinventarse, cada vez hay más modelos de librerías diferentes, que quieren respirar de manera diferente las unas de las otras: hacer de ellas un espacio único. 

Las hay que sirven vino, con restaurantes, con cafés, con sofás para lectura, decoradas de manera exclusiva, porque lo que pretenden sus propietarios es eso precisamente, una seña de identidad que vaya a la par de las nuevas vanguardias. Lo único e importante que comparten todas ellas es el libro, en la que cada vez se usa más como mero artículo cultural, y con muchas ganas y osadía intentan conseguir llevar la cultura a todos los ámbitos. 

No dejando el libro olvidado entre las estanterías, llevándolo también a la calle, mediante recitales de poesía, o acercándolo a los más pequeños haciendo cuentacuentos, creando también clubs de lectura, para que los libros hablen por voz de otros; la cuestión es que el libro y las librerías estén presente en la vida de todos, y los libreros están luchando duro para que su mundo no se desmorone. Yo creo que una sociedad sin librerías seria una sociedad perdida, sin rumbo, en un mundo hacia al abismo, seríamos un pueblo menos libre, más insano. Donde nuestra seña de identidad se esfumaría, donde las palabras desaparecían, donde no habría cabida para la imaginación, para escapar a otros mundos. 

No dejemos que las librerías se evaporen, no las abandonemos, consigamos que la sociedad avance con ellas. Vayan a las librerías allí siempre respiraran tranquilidad, son un refugio para las mentes hambrientas, porque de letras también vive el hombre. Sé libre y vete a la librería.

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