Letizia y Belén, las princesas del pueblo ¿son como dos gotas de agua?

Belén y Letizia en la portada de Lecturas
Letizia y Belén, princesas del pueblo.

Letizia no brindó por la salud del Rey. Vasile, en cambio, levanta su copa por el regreso apoteósico de Belén Esteban, la reina de Mediaset. Juguemos a las coincidencias…

Letizia y Belén, las princesas del pueblo ¿son como dos gotas de agua?

Con casi un veintiséis por ciento de share y más de tres millones de espectadores, Belén Esteban le dio el día a Antena 3 y se lo apañó a Telecinco. Seis puntos, uno detrás de otro, le sacó el viernes pasado –18 de octubre– el canal de Fuencarral al de San Sebastián de los Reyes en la media diaria.

La Esteban reapareció en Sálvame Deluxe, más deluxe que nunca por el regreso de la mamá de Andreíta. La parrilla del canal de Paolo Vasile se dedicó íntegramente a cebar el acontecimiento, recurso que los telecinqueros manejan con el mayor y mejor de los oficios. Si Telecinco tuviera los derechos de la misa dominical, Vasile, el Sumo Pontífice Catódico, la hubiera adelantado al viernes y el sermón habría versado sobre el regreso del hijo pródigo.

Seis meses después de su espantá del plató diario de Sálvame, la de San Blas vuelve "limpia por fuera y por dentro", recuperada para la salud y para el espectáculo televisivo. Y llega justo a tiempo, en el preciso momento en que a Letizia Ortiz le llueven palos por no levantar su copa a la salud de su suegro. No sé de qué nos extrañamos, con el año que lleva el papá de Felipe, cualquiera se arriesga.

La ocasión la pintan calva para jugar a las coincidencias entre Letizia Ortiz de Borbón y Belén Esteban de Sí Misma.

Para empezar, ambas son "princesas del pueblo". A Letizia le colgamos el epíteto sus colegas cuando aún babeábamos porque "una de los nuestros" vivía el cuento de La Cenicienta. Belén lo recibió de los responsables de La Fábrica de la Tele, las mentes brillantes que parieron Sálvame, uno de los espectáculos televisivos con más oficio de los últimos años, gazmoñerías y Academia de la Tele aparte.

"La princesa del pueblo" fue el título de un documental de La Fábrica producido en 2010; se trata de un recorrido por la vida y la trayectoria de Belén Esteban. Se estrenó en un cine de Madrid, en una especie de pedorreta televisiva al Séptimo Arte. Así pues, Belén tiene una película y la vida de Letizia debería de ser de cine.

Las dos deben su fama a la televisión y a sus consortes, aunque no por ese orden en ambos caso. Belén consiguió a Jesulín y la tele fue a buscarla; y Letizia buscó la tele y consiguió un Borbón. La primera vivió en Ambiciones, la segunda... Pue eso.

Letizia y Belén tuvieron su Pigmalión. Las dos Fair Ladies contaron con la inestimable complicidad de un moderno profesor Higgins. El de la Ortiz fue Alfredo Urdaci, y el de Belén, Jorge Javier Vázquez (con permiso de Ana Rosa Quintana, que nos la descubrió). A Urdaci y a Vázquez los une el que ambos han vivido de hacer parodia del periodismo.

Leti y Belén tienen su toque suburbial: la Esteban es de San Blas, un barrio redimido de Madrid, y la Ortiz vivió en Rivas Vaciamadrid, un municipio que nació a la modernidad con las cooperativas de vivienda de los sindicatos. A mayores, Letizia con z es como Jésica con i griega y dos eses.

La duquesa de Montblanc y la marquesa de los bolis promocionales de Telecinco tuvieron un pasado antes de llegar a su actual estado civil; un "pasado" artístico, en ambos casos: Letizia tuvo una "amistad" con un pintor y Belén se casó con un torero.

Las dos han mostrado sus senos al ojo y a la opinión del público: Letizia cuando sólo era Ortiz Rocasolano, en una pintura del cubano Waldo Saavedra que fue póster de un disco de Maná; las cirugías de Belén las han pagado las portadas de Interviú, revista en la que, por otras razones y con más decoro, también ha aparecido Letizia de Borbón. Es decir, ambas han compartido cabeceras.

A Belén y a Letizia les han regalado más de una jaqueca sus familias políticas. Y sin embargo, y aquí radica la más obvia de las diferencias entre ambas mujeres, los Borbón, gente de muy buena familia, copan la primera de los diarios por escándalos que ningún Janeiro, gente plebeya hasta el tuétano, podría, siquiera, imaginar. 

Comentarios