La extrema derecha francesa y la Iglesia unen sus fuerzas contra el matrimonio gay

La bandera gay o bandera de arco iris nació en los Estados Unidos, pero ahora es utilizada en todo el mundo. Ha sido utilizada como símbolo del orgullo gay y lésbico desde la década de los '70. Sus colores simbolizan la sexualidad a través del rosa, el rojo es la vida, el naranja la curación, la luz del sol la representa el amarillo, como el verde la naturaleza, el turquesa es la magia, el azul la serenidad, y el violeta simboliza el espíritu. Nosotros tenemos la oportunidad de simbolizar a través del respeto la libertad, con la que cualquier persona sea capaz de expresar su existencia.

Mientras el Festival de Cannes otorga la Palma de Oro a la película 'La vie d'Adéle', una película que relata el amor entre dos mujeres, en otra parte del país la derecha se opone al matrimonio homosexual. Contradicciones.

Miles de personas contrarias a la ley de matrimonio homosexual, recientemente defendida por el presidente socialista François Hollande, se echaron a la calle para manifestar su oposición rodeados por fuertes medidas de seguridad no pudiendo evitar enfrentamientos con la policía.

Se trata de un compromiso adquirido por el presidente durante su campaña electoral, ofreciendo una ley que autoriza el matrimonio y la adopción, lo que suscitó una fuerte oposición tanto de la derecha como del ámbito católico. Por lo visto, algunos individuos de extrema derecha la dimisión de Hollande. Es realmente indignante como persona tener que ser testigo de la necesidad por parte de sectores tan radicales en sus creencias, de la exigencia de prohibición que quieren imponer sobre la libertad de otros.

El amor no tiene sexo, la comprensión de esto es de vital importancia. Los derechos como pareja no se pueden establecer en base a la diferencia de sexos, pues los motivos para hacer efectivo lo que no deja de ser un contrato entre dos partes no se puede destruir por las formas establecidas sino ser ampliado en su fondo, que es inmenso.

Dos hombres, al igual que dos mujeres pueden, y deben desarrollar su vida con la misma normalidad con la que se defiende la de un hombre y una mujer. Que estemos a estas alturas intentando prohibir lo que a los ojos de la vida es normal, parece algo cruel y mezquino.