Si tenemos hambre, comamos insectos: la exclusiva propuesta gastronómica de la FAO

José Graziano da Silva, director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Las razones no dejan de ser convincentes: parece ser que los bichos tienen muchas más proteínas que la carne, su producción es barata y sus flatulencias afectan mucho menos al efecto invernadero.

Si tenemos hambre, comamos insectos: la exclusiva propuesta gastronómica de la FAO

José Graziano da Silva, presidente de la FAO

La FAO, que es un organismo internacional y que vela por nuestro organismo (hete aquí una dilogía), ha dicho esta semana que para combatir el hambre, de hoy a unos años, deberíamos comer insectos. Las razones no dejan de ser convincentes: parece ser que los bichos tienen muchas más proteínas que la carne, su producción es más barata y sus flatulencias afectan mucho menos al efecto invernadero que el metano, el cual expulsan las vacas al digerir la hierba que rumian.

La noticia, como es de suponer, ha causado un gran revuelo en las personas de a pie de nuestro país. Acostumbradas como estamos a ver cada día cómo los grandes devoran a los pequeños (hete aquí una metáfora) y a no tener ni para pipas, solo faltaba ahora plantearse incluir cochinillas o escarabajos en el menú de la cena. Es posible que si cualquiera cierra los ojos y mastica, apenas encontrará diferencias entre una gamba de Cádiz y un gusano de bambú, pero la propuesta de dicha organización suena a recochineo y no hay quien se la trague por mucha vitamina que le pongan.

Los señores de la FAO, a los cuales, por cierto, siempre se les ve bien vestidos y alimentados, quieren que a nuestra dieta le incorporemos insectos, repito. No hay que ser demasiado inteligente para deducir quiénes están incluidos en esa primera persona del plural: nosotros, los de a pie, nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos. Todo es acostumbrar al cuerpo a la porquería que nos echen, dejando en manos de los de siempre el negocio que esto supondrá y las viandas más apetecibles en sus neveras. Eso sí, nos lo adornan todo con un bonito titular de celofán. Que aproveche.

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