La enfermedad que empieza por C

Cáncer de cuello de útero. / Wikipedia Commons
Cáncer de cuello de útero. / Wikipedia Commons
El cáncer es una de las enfermedades de las que no se para de hablar actualmente, pero ¿qué es exactamente? ¿a cuántas personas afecta? ¿cómo se puede combatir?
La enfermedad que empieza por C

El cáncer supone una de las primeras causas de muerte, no solo en los países desarrollados, sino a nivel mundial. En 2012, se le atribuyeron a la enfermedad más de 8 millones de muertes y es la 2ª causa de muerte en España, tras las enfermedades del sistema circulatorio. Los tipos de cáncer que causan más muertes al año de pulmón, hígado, estómago, colon y mama.

El cáncer comienza con la transformación de una sola célula, que puede tener su origen en agentes externos o en factores genéticos heredados. Esto provoca un crecimiento descontrolado de células, lo que sobrepasa a las células normales y dificulta que el cuerpo funcione con normalidad. Las células cancerosas pueden propagarse a otras partes del cuerpo, lo que se denomina metástasis.

En España, se detectaron 275.562 casos de cáncer en 2019, lo que supone un 0,006% de la población. El perfil más afectado por esta enfermedad sería el varón de más de 75 años que vive en Andalucía o Cataluña. Los casos no paran de aumentar y la previsión es que, en 2040, haya 100.000 casos anuales más.

Con respecto a los tipos de cáncer que provocan más muertes según el sexo en España, en hombres es el de pulmón (25,2%), el de colon (9,8%), de próstata (8,6%) y el de páncreas (5,5%). En mujeres, el cáncer más común es el de mama (14,7%), seguido por el de pulmón (11,1%), colon (10,3%) y páncreas (7,6%).

A pesar de que el grupo de edad más afectado por el cáncer es el de mayores de 75 años, el grupo con más defunciones es el que se encuentra entre los 40 y los 79 años.

A nivel mundial, al sesgar los países en función de su nivel de desarrollo, se observa que el número de casos en los países desarrollados es de casi 8.000.000 más que en los países con bajo nivel de desarrollo. Sin embargo, al aumentar el nivel de vida, disminuyen el número de muertes: mientras que en los países en vías de desarrollo las muertes suponen un 69% de los casos, en los países desarrollados no alcanzan el 40%.

Por otra parte, al sesgar los países por capacidad adquisitiva, el número de casos de personas con bajos ingresos es de 552.762 y la muerte ocurre en un 71% de los casos. La población con altos ingresos que padece cáncer está formada por 7.019.867 personas y la tasa de muerte es de un 61%.

En definitiva, a nivel mundial, los casos de cáncer son mucho menos frecuentes en la población con menos facilidades, pero la tasa de mortalidad es más alta.

El 30% de las muertes se deben a seis factores de riesgo que se podrían prevenir:

  1. Índice de masa corporal elevado

El sobrepeso significa que una persona tiene demasiada grasa en el cuerpo en relación al tejido corporal magro, como los músculos. La obesidad supone unas consecuencias, como el aumento de niveles de insulinas o de estrógenos, que provocan algunos tipos de cáncer.

Un alto peso al nacer, el aumento de peso durante la adultez o la pérdida y recuperación de peso repetidamente pueden afectar al riesgo de cáncer.

  1. Consumo insuficiente de frutas y verduras

El cuerpo utiliza ciertos compuestos en los alimentos y químicos producidos por el cuerpo, denominados antioxidantes. Estos ayudan a proteger contra el daño a los tejidos, que ocurre constantemente por el funcionamiento del metabolismo. Como este daño se ha asociado con un aumento en el riesgo de cáncer, algunos antioxidantes pueden ser útiles para proteger contra este riesgo. Algunos de estos antioxidantes son la vitamina C, la vitamina E y muchos otros fitoquímicos (químicos de las plantas).

Por tanto, los estudios indican que las personas comen más frutas y verduras (fuentes de antioxidantes) pueden tener un riesgo menor de desarrollar ciertos tipos de cáncer.

  1. Sedentarismo

No hacer actividad física de moderada a enérgica como parte de estilo de vida aumenta el riesgo de cáncer. Se entiende como actividad física de estas características aquella que produzca sudoración y que el corazón lata más rápido.

Con el ejercicio se reduce la grasa corporal y la concentración de ciertas hormonas que pueden incentivar la aparición del cáncer. Además, el deporte mejora el funcionamiento del aparato digestivo.

La falta de actividad física puede causar tipos de cáncer como el de colon, mama, útero o pulmón. Con respecto al cáncer de mama, algunos estudios demostraron que las mujeres que hacen actividad física durante más de 3 horas a la semana tienen entre un 30% y un 40% menos de riesgo de cáncer de mama.

  1. Consumo de tabaco

El tabaquismo puede causar cáncer e impedir que su cuerpo lo combata. Las sustancias tóxicas en el humo del cigarrillo pueden debilitar el sistema inmunitario del cuerpo, lo que hace más difícil eliminar las células cancerosas. Esto hace que las células malignas se multipliquen sin que nada las detengan.

Además, las sustancias tóxicas en el humo del tabaco pueden dañar o cambiar el ADN de una célula. Se entiende el ADN como el “manual de instrucciones” de las células, que controla el crecimiento normal de estas. Cuando se daña el ADN, una célula puede comenzar a crecer descontroladamente y formar un tumor.

Se sabe ya desde hace años que fumar causa la mayoría de casos de cáncer de pulmón. Actualmente, 9 de cada 10 muertes de cáncer de pulmón son por el consumo de cigarrillos o la exposición al humo de segunda mano. Además, los fumadores actuales tienen un mayor riesgo de padecer cáncer del que tenían en 1964, incluso aunque fumen menos cigarrillos. Esto puede ser por la forma en la que se fabrican los cigarrillos y las sustancias químicas que contienen.

  1. Consumo de alcohol

El alcohol eleva el riesgo de desarrollar cáncer de boca, faringe, laringe, esófago, hígado, seno y, probablemente, cáncer de colon y recto. Las personas que toman bebidas alcohólicas deben limitar su consumo a una o dos bebidas al día (se entiende una bebida como 335ml de cerveza, 150ml de vino o 50ml de licores destilados con una graduación de 80).

La combinación de consumo de bebidas con alcohol junto con el consumo de tabaco aumenta de riesgo de desarrollar cáncer mucho más que los efectos individuales que tiene cada uno por sí solos. Se ha probado una relación entre las mujeres con un consumo habitual de pocas bebidas a la semana con un mayor riesgo de cáncer de mama. Las mujeres con alto riesgo de cáncer de seno deben considerar no ingerir alcohol.

  1. Exposición al Sol

La exposición excesiva o en horas centrales provoca que las radiaciones solares de tipo B (UVB) y tipo A (UVA) produzcan mutaciones en el material genético de las células de la piel, iniciando la formación de un cáncer.

El tabaquismo es el factor de riesgo que provoca el mayor número de casos a nivel mundial: el 22% de la totalidad de las muertes por cáncer y un 71% de las muertes por cáncer de pulmón. Por tanto, el tipo de cáncer más letal sería prevenible en un porcentaje muy alto.

Para muchas personas, el cáncer puede tratarse eficazmente, ahora más que nunca: la tasa de supervivencia es del 52%. Un gran número de personas que tienen una vida plena después de haber recibido el tratamiento. Además, se están desarrollando numerosas investigaciones para mejorar las terapias contra el cáncer, para reducir el dolor de los pacientes y, como último objetivo, acabar con esta enfermedad.

Con respecto a las mejoras de las terapias, se están llevando a cabo avances en la superación del problema que suponía que la terapia acabase con las células T. Los linfocitos T son células producidas en la médula ósea que forman una parte muy importante del sistema inmunitario. Los linfocitos T responden de forma específica contra patógenos y células tumorales, encargándose de la inmunidad celular destruyendo células infectadas.

La inmunoterapia para el tratamiento del cáncer se basa en que estos linfocitos hagan su trabajo, pero, al mismo tiempo, la terapia disminuye la capacidad de estas células, un fenómeno que se conoce como agotamiento. Según los doctores, con la inmunoterapia, el objetivo es “redirigir la respuesta inmunitaria”.

Con respecto a la paliación del dolor, los resultados de un estudio clínico sugieren que una dosis de radioterapia puede controlar las metástasis óseas. Cuando las células cancerígenas se trasladan al hueso, causan un dolor debilitante y, para los pacientes que padecen este tipo de cáncer tan doloroso, una sola dosis de radioterapia puede tratar el dolor que sufren. Ya se había estado utilizando este método, pero no se había llegado a un consenso sobre la dosis óptima ni el número de tratamientos.

La noticia de padecer cáncer puede ser un gran shock y el malestar emocional es normal, tanto para el paciente que sufre el cáncer como para los familiares que conviven con la enfermedad. Según el informe “Salud mental y malestar emocional en pacientes con cáncer”, la mitad de las personas con cáncer tienen síntomas de ansiedad, depresión y malestar emocional. Es por eso que algunas asociaciones como la AECC ofrecen ayuda psicológica tanto a pacientes como a familiares. En palabras de la Gerente de A Coruña de la AECC, Gema García-Abril, “la gente que está en la asociación es consciente del dolor, del miedo y de la angustia que supone esta noticia”.

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