La bicicleta, un medio de movilidad sostenible: pedaleando contra el ruido y la contaminación
La contaminación atmosférica y el ruido se han convertido en uno de los principales problemas de muchas ciudades. El uso indiscriminado de vehículos a motor está teniendo consecuencias ambientales muy negativas, especialmente en las áreas metropolitanas.
La bicicleta es un medio de transporte respetuoso con el medioambiente y al alcance de la mayoría de la población. Además, el uso de la bicicleta resulta tan beneficioso para las personas que se desplazan en ella a diario como para el resto de los ciudadanos que respiran un aire mucho más limpio a medida que el número de bicicletas aumenta en la ciudad. Sin embargo, a día de hoy, todavía hay muchas ciudades por las que circular en bicicleta resulta casi imposible o toda una aventura...
Barcelona es una de las urbes del Mediterráneo más accesible para ser visitada por los turistas en bicicleta. El Gobierno de Cataluña aprobó en el año 2006 las Directrices nacionales de Movilidad como una muestra del compromiso con la salud de los ciudadanos y con la movilidad sostenible.
En el “Manual para el diseño de vías ciclistas de Cataluña” se establecen una serie de vías susceptibles de formar parte de un itinerario ciclista: caminos verdes, pistas-bici, carril bici protegido, carril bici, calle de zona 30, aceras-bici y calles de convivencia.
El camino verde es una vía para peatones y ciclistas, segregada del tráfico, que discurre por espacios naturales y bosques. Un buen ejemplo de este tipo de vías es la que discurre en paralelo al río Danubio a través de cuatro países proporcionando uno de los mayores recorridos cicloturísticos de Europa: el Donauradweg. El tramo austríaco es el que más servicios ofrece al cicloturista, servicios que van desde talleres de reparación, oficinas de turismo, zonas de descanso, hasta albergues y casa rurales.
En la ciudad de Amsterdam, en la que casi todas las calles principales tienen vías ciclistas, podemos encontrar gran variedad de pistas-bici, carriles bici protegidos y carriles bici junto a las vías de tráfico motorizado. Buena prueba de la preponderancia de la bicicleta como medio de transporte urbano es lo complicado que resulta desplazarse en coche siendo además las tarifas de aparcamiento muy elevadas.
Carril bici en Holanda
El pasado mes de septiembre, un comité ciudadano europeo, liderado por la alemana Heike Aghte y del que forman parte una treintena de organizaciones, presentó una iniciativa Ciudadana Europea para lograr que en todas las zonas urbanas de la Unión Europea se limite la velocidad a 30 kilómetros por hora. Hay que destacar que este tipo de vías pueden ser un buen apoyo para un itinerario ciclista.
Desde 1999 el Ayuntamiento de Pontevedra ha promovido un modelo de ciudad que prioriza a los peatones sobre los vehículos. El pasado 7 de febrero su alcalde recogió en Bruselas, de manos de la organización Intermodes, el premio a su modelo urbano.
Uno de los problemas de muchas ciudades es la falta de continuidad de la red ciclista. El Plan Director de la bicicleta de Zaragoza, aprobado en mayo de 2010, pretende generar una malla ordenada que permita conectar los puntos de mayor atracción y concentración de actividades, como son los centros universitarios, administrativos y deportivos, los intercambiadores de transporte, las grandes zonas verdes y espacios libres, así como también los equipamientos más relevantes.
El ayuntamiento de Londres ha desarrollado una serie de campañas para potenciar al máximo el uso de la bicicleta. Entre las iniciativas más importantes hay que destacar la implantación de un sistema de bicicletas de alquiler y la creación de una serie de carriles bici que conectan el centro de Londres con los barrios de alrededor.
Estos ejemplos deberían constituir un referente para las todas las áreas metropolitanas y cada una de las ciudades que las componen. Hay que tener en cuenta que la sostenibilidad de nuestras ciudades y la salud de los ciudadanos dependen en buena parte de ello.
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