La atención farmacéutica, pieza clave en la sostenibilidad del sistema de salud
En España, nos encontramos inmersos en una coyuntura económica tan difícil, que cualquier motivación enfocada al impulso de acciones que redunden en un beneficio cuantificado, así como en una reducción de procesos y, en consecuencia, de costes añadidos deberían ser bien acogidas tanto por las administraciones gestoras, como por el conjunto de la sociedad.
Este artículo de opinión quiere resaltar que la Atención Farmacéutica (AF) es considerada como la práctica esencial del quehacer farmacéutico, lo que se asocia a un interés amplio y creciente por desarrollar y adquirir habilidades para la implantación de los servicios básicos de AF desde la oficina de farmacia como son la dispensación, la indicación farmacéutica, el seguimiento farmacoterapéutico, la farmacovigilancia y la educación sanitaria.
España es un país pionero en el impulso de la Atención Farmacéutica y este hecho reforzó la necesidad de disponer de base científica robusta a lo largo de la última década que contribuyó a que nuestros servicios de salud y nuestra normativa fuera incorporando estrategias útiles para la prevención y resolución de los resultados negativos que los medicamentos pueden producir en la salud de los pacientes.
Esta realidad en la práctica farmacéutica nos conduce a que la remuneración de ciertos servicios pudiera ser un punto de partida para consolidar que la Atención Farmacéutica tendrá más posibilidades de una implantación efectiva y global.
Pero antes de ello se deben de establecer unas bases que refuercen la cadena de valor que tiene el medicamento, gravemente menospreciada en el panorama sanitario actual. Y es por ello que los expertos instan a lograr una mayor coordinación entre médicos y farmacéuticos para contrarrestar los relevantes problemas existentes con el uso de los medicamentos.
Fomentar un modelo de trabajo a partir de una herramienta común en el sistema como es la receta electrónica, activaría la participación de los profesionales de la salud consiguiendo un mayor control sobre la adherencia y el seguimiento a los tratamientos farmacológicos en los pacientes crónicos, contribuyendo todo ello a mejorar la sostenibilidad de nuestro sistema nacional de salud.
