Jackie y el poder de una sola mujer con todo en contra

35235234
Natalie Portman como Jacqueline Kennedy. / Capture de YouTube.

La simple pero hermosa película de Pablo Larraín evoca a Jacqueline Kennedy, una mujer que se transformó en un icono de su país sin tan siquiera desearlo.

Jackie y el poder de una sola mujer con todo en contra

La película narra un momento preciso y único de la vida de Jacqueline, lo que vivió durante y después del asesinato de su esposo el presidente John F. Kennedy en 1963. Se trata de una historia totalmente biográfica que intenta adentrar al espectador en la psique de una mujer que acaba de perder a su marido, que empieza a vivir unos cambios vertiginosos, que debe de cuidar de sus dos retoños a la vez que prepara un funeral y se enfrenta al mundo.

La protagonista indiscutible del film es la talentosa Natalie Portman, quien empezó en el cine desde muy temprana edad y se ha dedicado a realizar papeles de todo tipo con características únicas y personalidades desbordantes, con este papel logra su tercera nominación al Óscar con tan solo 35 años. El comienzo de la cinta nos muestra que todo se tratará de flashbacks por parte de Jackie, quien ha accedido a dar una entrevista una semana después de haber enterrado a su marido. Durante la conversación que mantiene con el periodista vemos la amargura, tristeza, añoranza, rabia y dolor del personaje de Portman, que se encargó de dejar claro que Jackie no fue una mujer loca que se obsesionó por un funeral, al contrarío fue una mujer que impuso su voluntad y logró que la leyenda de JFK perdurara.

Los flashbacks nos van mostrando trazos de la vida de los Kennedy, pero en especial muestra el perturbador momento del asesinato de JFK. Ese instante se quedó para siempre en la historia, el famoso vestido rosado, la sangre, la locura… un presidente había muerto, pero la política y la vida seguían, Jackie vio destruido en un segundo todo su mundo y debía de hacer lo posible por salvar lo que había logrado su esposo.

456464

Natalie Portman como Jacqueline Kennedy. / Capture de YouTube.

Luego de ese momento somos testigos de una Jackie que se debate entre afrontar lo que ocurrió y la otra que solo desea llorar y añorar a su esposo. Un poco de ambas ocurre, pero la mujer se recompone y coloca en marcha lo que sería uno de los funerales de estado más importantes del siglo. Lo interesante de la película de Larraín es la sutiliza con que nos muestra la Jackie de antes y la que resulta luego del asesinato, antes sonriente, algo tímida, comedida y tranquila; después fría, frenética, dolida y fuerte.

Durante el proceso de asimilación, Jackie llega a cuestionar la voluntad de Dios, estos episodios son mostrados cuando habla y busca el consejo de un cura, al que pregunta constantemente sobre lo designios del señor, para que este le señale el camino, ahí es cuando conocemos su lado más cínico y la rabia que siente por los castigos que ha recibido, porque no solo fue su esposo, antes ya había perdido a dos hijos prematuramente.

Además empieza a tener otros problemas, los políticos no quieren aceptar sus extrañas demandas para darle último adiós a su marido, le dicen que es peligroso, arriesgado y excesivo, en algún momento se lo cree, piensa que es demasiado, que tanto será para nada y es mejor dejar que el recuerdo de su esposo se pierda entre los tantos presidentes estadounidenses. Pero entonces escucha la canción, ‘Camelot’, y todo vuelve a cobrar sentido, recupera su fortaleza y enfrenta a los políticos, son ellos en contra de una mujer con un ferviente deseo, y ella gana.

El funeral fue todo lo que esperaba y quiso, hasta el día de hoy todos lo recuerdan. Hablan de él, nadie ha olvidado a JFK ni los “años de Camelot”; tampoco han olvidado a la mujer que lo hizo posible, que se convirtió en un símbolo de la fortaleza, de protección, de la supervivencia a costa de cada adversidad, y sin tan siquiera pensarlo o desearlo, Jackie logró trascender tanto o mucho más que su propio esposo, y en 1994 cuando murió de cáncer, ella no tuvo un funeral como el de su primer esposo, pero fue igual de importante y triste para la cultura de su país.

La película en sí misma es un homenaje, un retrato de un pequeño episodio de la vida de Jackie. No se trata de grandes planos ni de mayores proezas técnicas, se trata de las emociones, de la cultura y de la fuerza que hay que tener para salir adelante. 

Comentarios