La Isla de Tabarca es viaje casi obligado para quien visite la Costa Blanca

La isla plana: Tabarca. / manuel gomez calixto
La isla plana: Tabarca. / Manuel Gómez Calixto

En esta isla se puede disfrutar de calas y playas de aguas cristalinas, un pintoresco puerto pesquero y excelentes restaurantes donde degustar el tradicional y típico "caldero".

La Isla de Tabarca es viaje casi obligado para quien visite la Costa Blanca

Tabarca aunque es una pequeña isla, con una superficie inferior a un kilómetro cuadrado, es la más grande de la Comunidad Valenciana y la única habitada, con medio centenar de residentes permanentes. Se encuentra a unos 22 kilómetros de Alicante y a 8 del puerto de Santa Pola. Le hacen compañía los islotes La Cantera, La Galera y La Nao.

Es un socorrido destino, principalmente como excursión de un día, para los turistas que visitan la Costa Blanca. En temporada estival puede recibir más de 4.000 personas a diario que se acercan en barcos con salida de Torrevieja, Guardamar, Alicante y Benidorm. Algunos de estos barcos tienen fondo de cristal para que se pueda disfrutar durante el trayecto de la biodiversidad que rodea la isla, cuyas aguas gozan desde 1986 de la declaración de área protegida.

Una vez en Tabarca nos encontramos una isla totalmente plana con pocas oportunidades de sombra, que tiene bulliciosa playa y tranquilas calas con aguas de color esmeralda donde perderse. Los visitantes van a lo que van, a disfrutar del mar en el sentido más amplio de la palabra, a comprarse una camiseta que acredite que uno ha estado allí, a degustar los platos típicos como el “caldero” que sirven sus restaurantes, a recorrer sus murallas que recuerdan los tiempos de incursiones de piratas berberiscos y a visitar el Museo.

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