De cómo la inteligencia artificial puede ayudar a prevenir los suicidios

El suicidio y la inteligencia artificial (IA) tiene algo en común: ambos fenómenos crecen con fuerza en medio de una sociedad cargada de mitos y tabúes. La conciencia sobre la importancia de la salud mental ha ido tomando protagonismo en los últimos tiempos, en gran medida por la revolución que las redes sociales han causado en nuestra vida cotidiana. Conscientes de que el suicidio es un monstruo terrible y difícil de domar, las grandes compañías han decidido apostar a herramientas de IA para ayudar a los usuarios.

Un ejemplo claro de ello es la poderosa plataforma Facebook, que este año comenzó a usar sus sistemas de inteligencia artificial para identificar a aquellas personas que pudiesen estar considerando la opción de suicidarse. Para ello emprendieron una cruzada que buscaba analizar los mensajes y comentarios de los usuarios, y partiendo de ello la IA del imperio de Mark Zuckerberg lanzaba una alerta a su equipo humano sobre una eventual tragedia.

Además, la herramienta tiene el poder de hacer frente a las manifestaciones que indican intenciones de autolesionarse, por lo que, incluso, era capaz de sugerir formas de ayuda para el usuario como teléfonos de emergencias, asociaciones o ayuda profesional.

Todo esto resulta posible gracias los algoritmos entrenados para reconocer patrones en textos de los que hace gala la inteligencia artificial. Conociendo a fondo estas bondades, los ejecutivos de Facebook no han dudado en embarcarse en una lucha por proteger la salud mental de sus seguidores. "Esta aplicación de la inteligencia artificial hará que el botón para reportar un post sobre suicidio o autolesión esté más visible en los perfiles para usuarios con actitudes preocupantes", explicó la plataforma a través de un comunicado difundido a principios de año, cuando se puso en marcha la utilidad.

Pero no solo las redes sociales se han apuntado en la lucha contra los problemas mentales de la sociedad. La relación de la tecnología con los suicidios ha despertado el interés de la ciencia con el transcurrir de los años y a la fecha se han desarrollado cientos de estudios que pretenden dar luz sobre las ventajas que la innovación podría traer en la prevención de las autolesiones.

Un ejemplo interesante de ello es el de un grupo de investigadores de la Universidad de Vanderbilt, en Nashville, Estados Unidos, quienes han creado un algoritmo capaz de predecir los intentos suicidas con una impresionante precisión del 92%. El sistema funciona partiendo de los registros médicos de los pacientes, en conjunto con otros factores de riesgo como la edad, el género, el código postal, los medicamentos que estos consumen y los diagnósticos previos. La suma de estos indicadores sirve como punto de partida para que un algoritmo inteligente logre identificar a las personas con riesgo de suicidio y, también a aquellas que han cometido algún tipo de autolesión pero no muestran evidencia alguna. ¿Impresionante, no?

Y aunque todas estas pruebas apenas se encuentran en su fase inicial, parece que hemos llegado a un punto en el que resulta indispensable reconocer que lejos de representar una amenaza –como sostienen algunos- la inteligencia artificial ha llegado para quedarse y puede, si queremos, convertirse en un gran aliado para ayudar al ser humano, especialmente en el campo de salud. @mundiario