La igualdad de género sigue siendo objeto de debate en todo el mundo

Mujeres jóvenes.
Las mujeres, cada vez más protagonistas.

Según datos de la OIT, en todo el mundo hay 829 millones de mujeres que viven en la pobreza, mientras que la cifra equivalente para los hombres es de 522 millones.

La igualdad de género sigue siendo objeto de debate en todo el mundo

“Igualdad de género”. Esta frase ha sido producto de grandes foros, promulgaciones de leyes, tratados, políticas, artículos, manifestaciones, etcétera. En efecto, los tiempos van cambiando, y el tema de la igualdad de condiciones entre el hombre y la mujer se ha convertido en una meta de la sociedad;  donde se procura la eliminación de toda forma de discriminación femenina, especialmente en tema de accesos a puestos públicos y a la remuneración salarial equitativa.

Según el Índice de Diferencias de Sexo del Foro Económico Mundial -FEM-, el mayor esfuerzo por promover la igualdad de género lo llevan países Europeos como España, Reino Unido y Holanda; continente que ha promovido la causa con tratados como: tratado constitutivo de la comunidad económica europea, el tratado de Ámsterdam, el tratado de Niza, el tratado de Lisboa, la carta de los derechos fundamentales de la UE entre otros. El Derecho Internacional también nos ha auxiliado con textos como la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, Protocolo Facultativo de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer; entre otros, así como organizaciones especializadas tales como la UNIFEM,  ONU y Mujeres.

¿Hay avance?

La lucha se ha dado, existe y no podemos negar que esto ha tenido resultados positivos como por ejemplo el  nuevo movimiento de mujeres presidentas en el mundo - Laura Chinchilla, Cristina Kirchner, Dilma Vana Rousseff, Dalia Grybauskait, Ellen Johnson-Sirleaf- así como una gran inmersión de diputadas, jerarcas, directivas, y muchas empresarias que brillan con luz propia en este mundo aun machista. Esto, 50 años atrás era solo un sueño.

Sin embargo, aún hay mucho en que mejorar. La nueva directora ejecutiva de ONU Mujeres Phumzile Mlambo-Ngcuka en su primera rueda de prensa el día de hoy, reconoce que las mujeres tienen que superar grandes obstáculos en el sector privado ya que sus sueldos suelen ser más bajos que los que perciben los hombres, y en muchos casos se ven obligadas a dejar su trabajo cuando son madres.  “Es triste que en 2013 aún tengamos que hablar de esas cuestiones”, dijo Mlambo-Ngcuka.

Empecemos por el origen

Se dice que los agentes involucrados en estas situaciones son los gerentes o jefes, los compañeros de trabajo, el personal de reclutamiento, la sociedad, el gobierno etcétera, pero la figura en común  productora de discriminación a la mujer siempre será una sola: El Hombre. ¿Sera esto cierto?

La realidad es innegable: casi todas las mujeres, hemos sido criadas dentro de una sociedad patriarcal, algunas dentro de un seno un poco más moderno, pero siempre en una sociedad machista, y como dirían algunas amigas feministas: misógina. Esto ha llevado a que muchas mujeres vean el machismo como algo natural, normal y aceptable, fomentando ellas mismas la discriminación de su propio género, donde no importan las leyes que se formulen; la tradición siempre ordenará la sumisión de la mujer al hombre y la aceptación de que este será superior.

En efecto, aun a hoy muchas mujeres piensan que la lucha por nuestros derechos es ridícula e innecesaria;  justifican la violencia de la que ellas mismas son víctimas, les enseñan a sus hijas a soportar, a callar, a depender del hombre, y a considerar normal que los puestos importantes no sean para ellas.

Esta idea poco a poco va desapareciendo, para nuestra suerte, pero es necesario que se extinga de una vez por todas.

La clave, los valores
Reconocerlo es importante: la discriminación muchas veces empieza por nosotras mismas, de nada sirven los movimientos sociales del mundo ni  leyes que se aprueben, si no somos capaces de cambiar el monstruo del machismo  que por año nos gobierna e inculcarles a nuestras hijas e hijos valores como la igualdad, equidad, superación personal y sobre todo  dejando de ver normal la desigualdad de género y denunciando los casos en que ocurre.
Como señala la periodista Rocío Silva Santisteban, "el machismo más recalcitrante es el ejercido por las propias mujeres", aunque no sea lógico ni racional.

 

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