El hundimiento del Prestige fue fuente de inspiración para los humoristas gráficos

Prestige, Premio Coruxa  2003 / David Vela Cervera
Prestige - Premio Coruxa 2003. / David Vela Cervera

Una tragedia medio ambiental como la ocasionada por el hundimiento del Prestige frente a las costas gallegas inspiró a numerosos humorístas gráficos a expresar su arte y denuncia.

El hundimiento del Prestige fue fuente de inspiración para los humoristas gráficos

Una tragedia medio ambiental como la ocasionada por el hundimiento del Prestige frente a las costas gallegas inspiró a numerosos humorístas gráficos a expresar su arte y denuncia.

El 19 de noviembre de 2002 se hundía frente a las costas gallegas el barco petrolero Prestige, que causaría el desastre ecológico  más importante de Galicia, al verter al mar más de 75 mil toneladas de chapapote, afectando no sólo el litoral gallego, sino además el norte de España y parte de Francia.

El legado destructivo del Prestigie está vivo en la memoria de toda la humanidad, porque sobre todo quedó como el ejemplo de lo que los políticos  no deben  hacer en caso de una contingencia como esa. Ante tamaña tragedia, la sociedad civil gallega se movilizó para limpiar la costa, y la heroica lucha  de marineros, voluntarios y la población en general, contra la marea negra,  siempre será recordada.

Un hecho de esa categoría no podía dejar de ser tratado por los humoristas gráficos, que aportan una visión distinta de la realidad, con su cuota de crítica y reflexión.

En el 2003, al conmemorarse el primer aniversario del hundimiento del Prestige, la exposición itinerante “Humor Cru” (Humor Crudo) apoyada por el Concello de Fene, y organizada por el Museo do Humor de Fene, dirigido en aquella época por el dibujante gallego Xaquín Marín, recogió el sentir de 50 caricaturistas gallegos y del resto del estado,  que expresaron su opinión sobre las incompetentes actuaciones políticas, las consecuencias ecológicas y humanas de este suceso. Hoy valdría la pena volver a mostrarla, para reiterar el grito de la sociedad gallega: “Nunca máis”.

El humor –decía el folleto de Humor cru – es el último remedio delante de la irremediable realidad, y tiene que usarse incluso en los casos que menos gracia tienen. Es una manera de reducir virtualmente la adversidad, situándonos encima de ella. Al mismo tiempo es una manera de explicar lo que pasa, dejando que los receptores completen con su imaginación lo que se sugiere.

Meses antes, el dibujante zaragozano  David Vela Cervera obtenía el Premio Coruxa 2003, que otorgaba el Museo de Humor de Fene, por una obra de marcado humor negro,  que era un alegato contra la contaminación medio ambiental y que aludía a la catástrofe ocasionada por el Prestige al mostrar a un niño que, con arena de una playa, construía una refinería, ante un mar de chapapote.

Sobre este dibujo, David recuerda lo siguiente: “La idea  era partir de un caso particular como el del Prestige y plantear una visión más general, como la destrucción del planeta para las generaciones del futuro. Todavía que,  tal y como marcha la evolución de la humanidad, en este mundo globalizado, en lugar de un dibujo de humor,  quizás pueda utilizarse en el porvenir como una imagen de un catálogo turístico. Para mí fue un dibujo importante pues me permitió conseguir el  premio Curuxa do Humor, uno de los más prestigiosos del género por entonces. Lamentablemente, once años después no hay en España apenas ningún certamen dedicado al humor gráfico, y ninguno de ese nivel”.

Finalmente, David recalca: “El humor gráfico tiene un componente expresivo que va más allá de lo que trasmite un texto impreso o los caracteres de un tweet. Más directo, efectivo y contundente. Yo admiro infinitamente a los humoristas de viñeta diaria; a los buenos, claro está, que tienen esa capacidad  casi pugilística de analizar la información cotidiana con una imagen humorística. Luego hay un humor gráfico más atemporal y más cercano a la ilustración, en el que me incluyo. Es el tipo de humor de los certámenes internacionales que también debe tener ese componente crítico, aunque con un carácter menos local, que pueda ser entendido, y disfrutado, igualmente,  por un lector iraní, chino o europeo”.

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