La historia de Estados Unidos es una historia de progreso

Activistas LGBT participan por primera vez en el desfile del día de Puerto Rico en Nueva York el 12 de Junio de 2016. Foto:  Enrique Shore
Activistas LGBT en un desfile en Nueva York. / Enrique Shore

Los estadounidenses transexuales están más a la vista que nunca, ayudando a que nuestra nación sea más inclusiva y acogedora para todos. Hace un año, iluminamos la Casa Blanca de todos los colores...

La historia de Estados Unidos es una historia de progreso

La historia de Estados Unidos es una historia de progreso.  Escrita por personas comunes que pusieron el hombro a la rueda de la historia para asegurar que la promesa de nuestros fundadores se cumpliera no solo para algunos de nosotros – sino para todos. 

Los granjeros y herreros que eligieron la revolución a la tiranía. Los inmigrantes que cruzaron océanos y el Río Grande.  Las mujeres que reclamaron el voto y los científicos que llegaron a la luna. Los predicadores, los maleteros y las modistas que nos guiaron hacia la cima de la libertad.

A veces podemos marcar ese progreso en lugares especiales – espacios sagrados en donde se escribió la historia, lugares como Independence Hall. Gettysburg. Seneca Falls. Kitty Hawk y Cabo Cañaveral. El Puente Edmund Pettus. 

Uno de estos lugares especiales es Stonewall Inn. En el 1969, mientras se iba calmando una década turbulenta, Stonewall Inn era un lugar popular de encuentro para la comunidad LGBT de la ciudad de Nueva York. En ese momento, ser homosexual, lesbiana, bisexual o transexual era considerado algo obsceno, ilegal – hasta una enfermedad mental. 

Una noche, la policía hizo una redada en el bar y comenzó a arrestar a la gente.  Las redadas como esta no eran nada nuevo, pero esta vez, los patrocinadores llegaron al límite. Así que se pararon, alzaron su voz y en el curso de los siguientes días, se rehusaron a ser silenciados.  Los disturbios se convirtieron en protestas, las protestas se convirtieron en un movimiento, y el movimiento se convirtió en una parte integral de Estados Unidos.

En los últimos siete años, hemos visto logros que hubieran sido impensables para la gente que, sabiéndolo o no, comenzaron el movimiento moderno de LGBT en Stonewall.  Hoy en día, gracias a la ley contra los crímenes motivados por el odio, que incluye la orientación sexual y la identidad de género, todos los estadounidenses están protegidos.  La ley “Don’t Ask, Don’t Tell” (No preguntes, no digas) pasó a la historia.  Las compañías aseguradoras no pueden rechazar a nadie por quien es. Los estadounidenses transexuales están más a la vista que nunca, ayudando a que nuestra nación sea más inclusiva y acogedora para todos. Y hace un año, en este fin de semana, iluminamos la Casa Blanca de todos los colores – porque en todos los estados de los Estados Unidos ahora somos libres de casarnos con la persona que amamos. 

Todavía hay mucho trabajo por hacer. Como vimos dos semanas atrás en Orlando, la comunidad LGBT todavía enfrenta una discriminación real, una violencia real, un odio real. Así que no podemos bajar los brazos. Debemos seguir empujando para lograr igualdad, aceptación y tolerancia.

Pero el arco de nuestra historia es bien claro – es un arco de progreso. Y gran parte de ese progreso punta directamente a Stonewall. Así que esta semana, estoy designando Stonewall National Monument como la más nueva adición de parques nacionales de Estados Unidos.   Stonewall será nuestro primer monumento nacional que contará la historia de la lucha por los derechos de la comunidad LGBT. Creo que nuestros parques nacionales deben reflejar la historia completa de nuestro país; la riqueza, la diversidad y el espíritu excepcionalmente estadounidense que siempre nos ha definido. Unidos somos más fuertes. De muchos, somos uno. Eso es lo que nos hace el mejor país del mundo. Y es lo que celebramos en Stonewall – para nuestra generación y las siguientes.

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